Revista Espírita - Periódico de Estudios Psicológicos - 1859

Allan Kardec

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Humboldt

Fallecido el 6 de mayo de 1859; evocado en la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas en los días 13 y 20 del mismo mes.(A san Luis). ¿Podemos llamar al Espíritu Alexander von Humboldt que acaba de desencarnar? –Resp. Como queráis, amigos.

1. Evocación. –Resp. Estoy aquí; ¡cómo esto es asombroso!

2. ¿Por qué esto os asombra? –Resp. Estoy lejos de lo que fui, hace apenas algunos días.

3. Si nosotros pudiésemos veros, ¿cómo es que os veríamos? –Resp. Como hombre.

4. ¿Nuestro llamado os contraría? –Resp. No, no.

5. ¿Tuvisteis conciencia de vuestro nuevo estado poco después de vuestra muerte? –Resp. Yo la esperaba hacía mucho tiempo.

Nota – Entre los hombres que, como el Sr. Humboldt, fallecen de muerte natural y por la extinción gradual de las fuerzas vitales, el Espíritu se reconoce con mucha mayor rapidez que en aquellos en que la vida se ha interrumpido bruscamente por accidente o muerte violenta, puesto que ya existe un comienzo de desprendimiento antes de la cesación de la vida orgánica. En el Sr. Humboldt la superioridad del Espíritu y la elevación de sus pensamientos han facilitado ese desprendimiento, siempre más lento y más penoso en aquellos cuya vida es totalmente material.

6. ¿Extrañáis la vida terrestre? –Resp. No, de ningún modo; me siento feliz; no estoy más en la prisión; mi Espíritu es libre... ¡Cuánta alegría! ¡Y qué dulce momento que me ha traído esta nueva gracia de Dios!

7. ¿Qué pensáis de la estatua que en vuestro homenaje será erigida en Francia, aunque seáis extranjero? –Resp. Mis agradecimientos personales por el honor que me hacen; lo que sobre todo estimo en eso, es el sentimiento de unión que este hecho revela: el deseo de ver extinguir todos los odios.

8. ¿Han cambiado vuestras creencias? –Resp. Sí, mucho; pero todavía no reví todo; esperad aún para hablarme más profundamente.

Nota – Esta respuesta y la palabra reví son características del estado en que se encuentra; a pesar del rápido desprendimiento de su Espíritu, hay todavía alguna confusión en sus ideas; al haber dejado el cuerpo hace apenas ocho días, aún no tuvo tiempo para comparar sus ideas terrestres con las que puede tener ahora.

9. ¿Estáis satisfecho con el empleo que hicisteis de vuestra existencia terrestre? –Resp. Sí; prácticamente he cumplido el objetivo que me había propuesto. He servido a la Humanidad: por eso es que soy feliz hoy.

10. ¿Cuándo os habéis propuesto ese objetivo? –Resp. Al venir a la Tierra.

Nota – Puesto que se había propuesto un objetivo al venir a la Tierra, es porque entonces había realizado un progreso anterior y su alma no había nacido al mismo tiempo que su cuerpo. Esta respuesta espontánea no puede haber sido provocada por la naturaleza de la pregunta o por el pensamiento del interrogador.

11. ¿Habíais elegido esta existencia terrestre? –Resp. Había numerosos candidatos para esta obra; he pedido al Ser por excelencia que me la concediera, y lo he conseguido.

12. ¿Recordáis la existencia que ha precedido a la que acabáis de dejar? –Resp. Sí; la misma ha tenido lugar lejos de la Tierra y en un mundo bien diferente del vuestro.

13. Ese mundo, ¿es igual, inferior o superior a la Tierra? –Resp. Superior; perdonadme.

14. Sabemos que nuestro mundo está lejos de la perfección, y por consecuencia no nos sentimos humillados porque hayan otros más adelantados que el nuestro; pero entonces, ¿cómo habéis venido a un mundo inferior al que habitabais? –Resp. No se da a los ricos. Yo he querido dar: por eso he descendido a la cabaña del pobre.

15. ¿Podéis darnos una descripción de los seres animados del mundo en que habitáis? –Resp. Tenía ese deseo al hablaros hace poco, pero comprendí a tiempo que yo tendría dificultad en explicaros perfectamente esto. Allí los seres son buenos, muy buenos; ya conocéis este punto, que es la base de todo el resto del sistema moral en esos mundos; nada allí obstaculiza el desarrollo de los buenos pensamientos; nada recuerda a los malos; todo es felicidad, porque cada uno es feliz en sí mismo y con todos los que lo rodean. Con relación a la materia y a los sentidos, toda descripción es inútil. ¡Qué simplificación en el mecanismo de una sociedad! Hoy, que me encuentro en condiciones de comparar los dos, me admiro con la distancia. No penséis que os digo esto para desanimaros; no, al contrario. Es necesario que vuestro Espíritu esté bien convencido de la existencia de esos mundos; entonces tendréis un ardiente deseo de alcanzarlos, y vuestro trabajo os abrirá el camino.

16. ¿Ese mundo hace parte de nuestro sistema planetario? –Resp. Sí, está muy cerca de vosotros. Sin embargo, no se puede verlo porque no es un foco luminoso, y no recibe ni refleja la luz de los soles que lo rodean.

17. Acabáis de decir que vuestra precedente existencia tuvo lugar lejos de nosotros, y ahora decís que ese mundo está muy cerca; ¿cómo conciliar estas dos cosas? –Resp. Está lejos de vosotros si consultáis vuestras distancias, vuestras medidas terrestres; pero está próximo si tomáis el compás de Dios, y si intentáis abarcar de un vistazo toda la Creación.

Nota – Es evidente que puede ser considerado como lejos si tomamos como término de comparación las dimensiones de nuestro globo; pero está cerca con relación a los mundos que se encuentran a distancias incalculables.

18. ¿Podríais especificar la región del Cielo donde el mismo se encuentra? –Resp. Es inútil: los astrónomos nunca la conocerán.

19. ¿La densidad de ese mundo es la misma que la de nuestro globo? –Resp. La proporción es de mil para diez.

20. ¿Sería ese mundo de la naturaleza de los cometas? –Resp. No, de modo alguno.

21. Si no es un foco de luz y si no recibe ni refleja la luz solar, ¿entonces reina allí una perpetua oscuridad? –Resp. Los seres que viven allá no tienen ninguna necesidad de luz: la oscuridad no existe para ellos; no la comprenden. Es como si el ciego pensase que nadie puede tener el sentido de la visión.

22. Según la opinión de ciertos Espíritus, el planeta Júpiter es muy superior a la Tierra; ¿esto es exacto? –Resp. Sí; todo lo que se os ha dicho al respecto es verdad.

23. ¿Habéis vuelto a ver a Arago desde que regresasteis al mundo de los Espíritus? –Resp. Ha sido él quien me ha tendido la mano cuando dejé vuestro mundo.

24. ¿Conocíais el Espiritismo cuando estabais encarnado? –Resp. El Espiritismo, no; el magnetismo, sí.

25. ¿Cuál es vuestra opinión sobre el futuro del Espiritismo entre las corporaciones científicas? –Resp. Un gran futuro; pero su camino será penoso.

26. ¿Pensáis que un día será aceptado por las corporaciones científicas? –Resp. Ciertamente; ¿pero creéis pues que esto sea indispensable? Ocupaos antes de poner los primeros preceptos en el corazón de los infelices que repletan vuestro mundo: es el bálsamo que calma las desesperaciones y que da esperanza.

Nota – François Arago, al haber sido llamado en la sesión del 27 de mayo, y por intermedio de otro médium, respondió así a preguntas análogas:

Cuando estabais encarnado, ¿cuál era vuestra opinión sobre el Espiritismo? –Resp. Lo conocía muy poco y, por consecuencia, le daba poca importancia; he cambiado de opinión y esto os da que pensar.

¿Pensáis que un día Él será aceptado y reconocido por las corporaciones científicas? Me refiero a la Ciencia oficial, porque ya hay muchos científicos que individualmente lo aceptan. –Resp. No solamente lo pienso, sino que tengo la certeza de eso; Él tendrá el destino de todos los descubrimientos útiles para la Humanidad: ridiculizado al principio por los científicos orgullosos y por los tontos ignorantes, terminará siendo reconocido por todos.

27. ¿Cuál es vuestra opinión acerca del Sol que nos ilumina? –Resp. Aquí todavía no he aprendido nada sobre Ciencia; entretanto, siempre he considerado al Sol como un vasto centro eléctrico.

28. ¿Esta opinión es el reflejo de la que teníais como hombre o es la vuestra como Espíritu? –Resp. Es la opinión que tenía cuando encarnado, corroborada por lo que sé ahora.

29. Puesto que venís de un mundo superior a la Tierra, ¿cómo se explica que no tuvisteis conocimientos precisos sobre esas cosas antes de vuestra última existencia, y de los cuales hoy os recordaríais? –Resp. Ciertamente los tenía, pero lo que preguntáis no tiene relación alguna con todo lo que pude aprender en existencias precedentes, tan diferentes de la que he dejado; por ejemplo, la Astronomía ha sido para mí una Ciencia totalmente nueva.

30. Muchos Espíritus nos han dicho que habitaban o que habían habitado otros planetas, pero ninguno nos ha dicho que habitaba el Sol; ¿por qué esto? –Resp. Porque el Sol es un centro eléctrico y no un mundo; es un instrumento y no una morada. –Preg. ¿Entonces no tiene habitantes? –Resp. Habitantes fijos, no; visitantes, sí.

31. ¿Creéis que dentro de algún tiempo, cuando hayáis podido hacer nuevas observaciones, podríais informarnos más sobre la naturaleza del Sol? –Resp. Sí, tal vez; será un placer; sin embargo, no esperéis mucho de mí: no estaré errante por mucho tiempo.

32. ¿Dónde pensáis ir cuando no estéis más errante? –Resp. Dios me permite reposar por algunos momentos; voy a disfrutar esta libertad para encontrarme con amigos muy queridos que esperan por mí. Después, no sé todavía.

33. Pedimos vuestro permiso para dirigiros aún algunas preguntas, que vuestros conocimientos de Historia Natural sin duda permiten que respondáis.

La sensitiva y la dionea tienen movimientos que denotan una gran sensibilidad, y en ciertos casos una especie de voluntad, como por ejemplo la última, cuyas hojas aprisionan a los insectos que se posan en las mismas para libar el zumo, y a los cuales la dionea parece tender una trampa para después matarlos. Preguntamos: ¿estas plantas están dotadas de la facultad de pensar? ¿Poseen voluntad? ¿Forman una clase intermediaria entre el reino vegetal y el reino animal? En una palabra, ¿son una transición entre dichos reinos? –Resp. Todo es transición en la Naturaleza, por el hecho de que nada es semejante y, sin embargo, todo se encadena. Las plantas no piensan y, por consiguiente, no poseen voluntad. La ostra que se abre, así como todos los zoófitos, no tienen pensamiento: solamente poseen un instinto natural.

34. Las plantas, ¿experimentan sensaciones dolorosas cuando se las mutila? –Resp. No.

Nota – Un miembro de la Sociedad expresa la opinión de que los movimientos de las plantas sensitivas son análogos a los que se producen en las funciones digestivas y circulatorias del organismo animal, y que suceden sin la participación de la voluntad. En efecto, ¿no vemos que el píloro se contrae al contacto de ciertos cuerpos para impedirles el paso? Lo mismo debe ocurrir con la sensitiva y con la dionea, cuyos movimientos no implican de modo alguno la necesidad de una percepción y menos todavía de una voluntad.

35. ¿Hay hombres fósiles? –Resp. El tiempo los ha desgastado.

36. ¿Admitís que hayan existido hombres en la Tierra antes del diluvio geológico? –Resp. Sería bueno que te expliques más claramente sobre este punto, antes de hacer la pregunta. El hombre estaba en la Tierra mucho antes de los diluvios.

37. ¿Adán no fue, entonces, el primer hombre? –Resp. Adán es un mito; ¿dónde ubicas a Adán?

38. Mito o no, hablo de la época que la Historia le asigna. –Resp. Es poco calculable para vosotros; incluso es imposible evaluar el número de años en que los primeros hombres permanecieron en estado salvaje y bestial, que no cesó sino mucho tiempo después de su primera aparición en el globo.

39. ¿La Geología hará conque un día se encuentren los rastros materiales de la existencia del hombre en la Tierra antes del período adámico? –Resp. La Geología, no; el buen sentido, sí.

40. El progreso del reino orgánico en la Tierra está marcado por la aparición sucesiva de los acotiledóneos, de los monocotiledóneos y de los dicotiledóneos; ¿existía el hombre antes de los dicotiledóneos? –Resp. No, su fase siguió a aquélla.

41. Os agradecemos por haber consentido atender a nuestro llamado, y por las enseñanzas que nos habéis dado. –Resp. Ha sido un placer. Adiós; hasta la vista.

Nota – Esta comunicación se distingue por un carácter general de bondad, de benevolencia y de una gran modestia, señal indiscutible de la superioridad del Espíritu; en efecto, no hay trazos de jactancia, de fanfarronería, de deseo de dominar o de imponerse, que se observa entre los que pertenecen a la clase de los pseudosabios, Espíritus que siempre están más o menos imbuidos de sistemas y de prejuicios que buscan hacer prevalecer; en el Espíritu Humboldt, todo –inclusive los más bellos pensamientos– respira simplicidad y denota ausencia de pretensión.