Revista Espírita - Periódico de Estudios Psicológicos - 1859

Allan Kardec

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Benvenuto Cellini

(Sesión de la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas del 11 de marzo de 1859.)

1. Evocación. –Resp. Interrogadme, estoy preparado; sed tan extensos como queráis: tengo tiempo para concederos.

2. ¿Recordáis la existencia que habéis tenido en la Tierra en el siglo XVI, de 1500 a 1570? –Resp. Sí, sí.

3. ¿Cuál es actualmente vuestra situación como Espíritu? –Resp. He vivido en varios otros mundos y estoy bastante contento con la posición que hoy ocupo: no es un trono, pero estoy a camino.

4. ¿Habéis tenido otras existencias corporales en la Tierra después de aquella que conocemos? –Resp. Corporales, sí; en la Tierra, no.

5. ¿Por cuánto tiempo habéis permanecido errante? –Resp. No puedo daros un tiempo exacto: por algunos años.

6. ¿Cuáles eran vuestras ocupaciones en el estado errante? –Resp. Trabajaba para estudiarme.


7. ¿Volvéis a veces a la Tierra? –Resp. Poco.

8. ¿Habéis asistido a la obra dramática en la cual sois representado? ¿Y qué pensáis de la misma? –Resp. He ido varias veces a verla; me ha halagado como Cellini, pero poco como Espíritu que progresó.

9. Antes de la existencia que os conocemos, ¿habéis tenido otras en la Tierra? –Resp. No, ninguna.

10. ¿Podríais decirnos lo que erais en vuestra precedente existencia? –Resp. Mis ocupaciones eran muy diferentes de las que he tenido en la Tierra.

11. ¿En qué mundo habitáis? –Resp. No es conocido por vosotros y no lo veis.

12. ¿Podríais darnos una descripción física y moral del mismo? –Resp. Sí, fácilmente.

Mis queridos amigos, con referencia al aspecto físico me ha causado satisfacción su belleza plástica: allí nada choca a los ojos; todos las líneas se armonizan perfectamente; la mímica se expresa en estado constante; los perfumes nos envuelven y no sabríamos qué más desear para nuestro bienestar físico, porque las necesidades poco numerosas a las que estamos sometidos son enseguida satisfechas.

En cuanto al aspecto moral, la perfección es menor, porque allí todavía se pueden ver a conciencias perturbadas y a Espíritus inclinados al mal; no es la perfección –lejos de esto–, pero, como ya os lo he dicho, estamos a camino y todos esperamos alcanzarla un día.

13. ¿Cuáles son vuestras ocupaciones en el mundo que habitáis? –Resp. Trabajamos las Artes. Soy artista.

14. En vuestras Memorias, relatáis una escena de hechicería y de sortilegio que habría sucedido en el Coliseo de Roma, y a la cual habríais participado; ¿la recordáis? –Resp. Poco claramente.

15. Si la leyésemos para vos, ¿esto ayudaría a traer a la memoria dicha escena? –Resp. Sí, me auxiliaría a recordarla.

(A continuación es hecha la lectura del fragmento de sus Memorias.)

“En medio de esta vida extraña, me relacioné con un sacerdote siciliano, de espíritu muy distinguido, y que era profundamente versado en las letras griegas y latinas. Un día en el que conversaba con él, surgió el tema de la necromancia, y le dije que toda mi vida había deseado ardientemente ver y aprender algo de ese arte. Para abordar semejante asunto, es preciso un alma firme e intrépida, me respondió el sacerdote...

“Una noche, pues, el sacerdote hizo sus preparativos y me dijo que buscase a un compañero o a dos. Designó como su ayudante a un hombre de Pistoya, que también se ocupaba con la necromancia. Entonces nos dirigimos al Coliseo. Allí, el sacerdote se vistió a la manera de los necromantes y después se puso a dibujar círculos en el suelo, con las más bellas ceremonias que se pueda imaginar. Él había llevado perfumes preciosos, drogas fétidas y fuego. Cuando todo estuvo en orden, hizo una abertura en el círculo y nos introdujo de la mano, uno después del otro. Enseguida distribuyó a cada uno sus funciones. Puso el talismán en las manos de su amigo el necromante, encargó a los otros para cuidar el fuego y los perfumes, y finalmente comenzó sus conjuraciones. Esta ceremonia duró más de una hora y media. El Coliseo se llenó de legiones de Espíritus infernales. Cuando el sacerdote vio que éstos eran bastante numerosos, se volvió hacia mí –que estaba cuidando de los perfumes– y dijo: Benvenuto, pídeles algo. Respondí que deseaba reunirme con Angélica, mi amada siciliana. Esa noche no obtuvimos ninguna respuesta; sin embargo, quedé encantado con lo que había visto. El necromante me dijo que era necesario volver una segunda vez y que yo conseguiría todo lo que quisiese, con tal que llevara a un muchacho que aún fuese virgen. Elegí a uno de mis aprendices y llevé conmigo también a dos de mis amigos...

“Puso el talismán en mis manos y me dijo que lo girase hacia los lados que me fueran indicados. Mi aprendiz estaba ubicado bajo el talismán. El necromante comenzó sus terribles evocaciones, llamó por el nombre a una multitud de jefes de legiones infernales y les dio órdenes en hebreo, en griego y en latín, en el nombre del Dios increado, vivo y eterno. Luego el Coliseo se llenó de un número de demonios cien veces más considerable que la primera vez. Por consejo del necromante, pedí de nuevo encontrarme con Angélica. Él se volvió hacia mí y dijo: ¿no los has escuchado anunciarte que en un mes estarías con ella? Y me rogó que me mantuviese firme, porque había allí mil legiones más que él no había llamado. Agregó que éstas eran las más peligrosas y que, puesto que ellos habían respondido a mis preguntas, era preciso tratarlos con dulzura y despedirlos tranquilamente. Por otro lado, el muchacho gritaba con espanto que percibía a un millón de hombres terribles que nos amenazaban, y a cuatro gigantes, armados de pies a cabeza, que parecían querer entrar en nuestro círculo. Durante ese tiempo, el necromante –temblando de miedo– intentaba conjurarlos, dando al tono de voz la más dulce entonación. El muchacho se había cubierto la cabeza entre sus rodillas y gritaba: ¡Quiero morir así! ¡Estamos muertos! Entonces le dije: "Todas esas criaturas están por debajo nuestro y lo que ves no es más que humo y sombra; por lo tanto, levanta los ojos". Apenas me hubo obedecido, continuó: el Coliseo entero está en llamas y el fuego viene sobre nosotros. El necromante ordenó que se quemara asa fétida. Agnolo, el encargado de los perfumes, estaba muerto de miedo.

“El ruido y el terrible mal olor hicieron conque el joven levantase la cabeza. Al escucharme reír, se calmó un poco y dijo que los demonios comenzaban a emprender su retirada. Permanecimos así hasta el momento en que llegó la madrugada. El muchacho nos dijo que solamente percibía algunos demonios, y a una gran distancia. En fin, desde que el necromante hubo cumplido con el resto de sus ceremonias y que se sacó sus ropas especiales, todos salimos del círculo. Mientras caminábamos por la calle Banchi para regresar a nuestras casas, él aseveraba que dos demonios daban saltos delante nuestro y que corrían sobre los tejados y también en el suelo.

“El necromante juraba que desde que había puesto los pies en el círculo mágico, nunca le había sucedido algo tan extraordinario. Después intentó convencerme a unirme a él para consagrarnos a un libro que debía proporcionarnos riquezas incalculables y que nos daría los medios de obligar a los demonios a indicarnos los lugares donde están escondidos los tesoros que la Tierra oculta en su seno...

“Después de diferentes narraciones que tienen más o menos relación con lo anterior, Benvenuto contó cómo al cabo de treinta días, es decir, en el plazo fijado por los demonios, reencontró a su Angélica.”

16. ¿Podríais decirnos lo que hay de verdadero en esta escena? –Resp. El necromante era un charlatán, yo era un novelista y Angélica era mi esposa.

17. ¿Habéis vuelto a ver a vuestro protector Francisco I? –Resp. Ciertamente; él volvió a ver a muchos otros que no fueron sus protegidos.

18. ¿Cómo lo juzgabais cuando encarnado, y cómo lo juzgáis ahora? –Resp. Os diré cómo lo juzgaba: como a un príncipe y, en calidad de tal, ciego por su educación y por su entorno.

19. Y ahora, ¿qué decís de él? –Resp. Ha progresado.

20. ¿Era por sincero amor al arte que él protegía a los artistas? –Resp. Sí, pero también por placer y por vanidad.

21. ¿Dónde él está actualmente? –Resp. Se encuentra viviendo.

22. ¿En la Tierra? –Resp. No.

23. Si lo evocásemos en este momento, ¿podría venir y conversar con nosotros? –Resp. Sí, pero no presionéis así a los Espíritus; que vuestras evocaciones sean preparadas con bastante anticipación, y entonces poco tendréis que preguntar a los Espíritus. De esta manera os arriesgáis mucho menos de ser engañado, porque a veces esto puede suceder. (San Luis).

24. (A san Luis) ¿Podríais hacer conque dos Espíritus viniesen a conversar? –Resp. Sí.


24 a. En este caso, ¿sería útil tener dos médiums? –Resp. Sí, sería necesario.

Nota. Este diálogo ha tenido lugar en otra sesión; al mismo volveremos en un próximo número.

25. (A Cellini): ¿De dónde os venía el sentimiento del arte que estaba en vos? ¿Era resultado de un desarrollo especial anterior? –Resp. Sí; por mucho tiempo estuve vinculado a la poesía y a la belleza del lenguaje. En la Tierra me uní a la belleza como reproducción; hoy me ocupo de la belleza como invención.

26. Teníais también habilidades militares, ya que el papa Clemente VII os confió la defensa del Castillo de San Ángel. Sin embargo, vuestros talentos de artista no debían daros mucha aptitud para la guerra. –Resp. Tenía habilidad y sabía aplicarla. En todo es necesario juicio, sobre todo en el arte militar de entonces.

27. ¿Podríais dictar algunos consejos a los artistas que buscan seguir vuestros pasos? –Resp. Sí; les diré sencillamente que se unan a la pureza y a la verdadera belleza, más de lo que lo hacen y de lo que yo mismo lo he hecho; ellos me comprenderán.

28. La belleza, ¿no es relativa y convencional? El europeo se cree más bello que el negro, y el negro más bello que el blanco. Si hay una belleza absoluta, ¿cuál es su característica? Tened a bien darnos vuestra opinión al respecto. –Resp. De buen grado. No he deseado hacer alusión a una belleza convencional: muy por el contrario; lo bello está en todas partes, es el reflejo del Espíritu en el cuerpo y no solamente la forma corporal. Como vos lo decís: un negro puede ser bello, de una belleza que será apreciada sólo por sus semejantes, es cierto. Del mismo modo, nuestra belleza terrestre es disformidad para el Cielo, como para vosotros –blancos– el bello negro os parece casi disforme. Para el artista, la belleza es la vida, el sentimiento que sabe dar a su obra; con esto dará belleza a las cosas más comunes.

29. ¿Podríais guiar a un médium en la ejecución de un molde de escultura, como Bernard de Palissylo ha hecho con sus dibujos? –Resp. Sí.

30. ¿Podríais hacerle ejecutar algo al médium que en este momento os sirve como intérprete? –Resp. Como también a otros; pero yo preferiría a un artista que conociera las habilidades de mi arte.

Observación – La experiencia prueba que la aptitud de un médium para tal o cual género de producción depende de la flexibilidad que él presenta al Espíritu, haciendo abstracción de su talento. El conocimiento del oficio y de los medios materiales de ejecución no son el talento, pero se concibe que el Espíritu que dirige al médium encuentre en éste una dificultad mecánica menos a vencer. Entretanto, se han visto a médiums que hacen cosas admirables, aunque les falten las primeras nociones, ya sea de poesía, de dibujo, de grabado, de música, etc.; pero entonces es que existe en ellos una aptitud innata, resultante indudablemente de un desarrollo anterior, del cual han conservado la intuición.

31. ¿Podríais dirigir a la Sra. G. S., aquí presente, que es artista, pero que nunca ha conseguido producir algo como médium? –Resp. Trataré de hacerlo si ella lo consiente.

32. (Preguntas de la Sra. G. S.) ¿Cuándo quieres comenzar? –Resp. Cuando quieras, a partir de mañana.

33. ¿Pero cómo he de saber que la inspiración viene de ti? –Resp. La convicción viene con las pruebas; dejadla venir lentamente.

34. ¿Por qué no he tenido éxito hasta el presente? –Resp. Poca persistencia y falta de buena voluntad del Espíritu llamado.

35. Agradezco la asistencia que me prometes. –Resp. Adiós; hasta luego, compañera de trabajo.

Nota – La Sra. G. S. debe haber puesto manos a la obra, pero nosotros aún no sabemos si ha conseguido algún resultado.