Revista Espírita - Periódico de Estudios Psicológicos - 1859

Allan Kardec

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Los Convulsionarios de Saint-Médard

(Continuación – Ver la RE nov. 1859, pág. 306.)

1. (A san Vicente de Paúl). En la última sesión evocamos al diácono Pâris, que consintió en venir; nos gustaría tener vuestra opinión personal sobre él, como Espíritu. –Resp. Es un Espíritu lleno de buenas intenciones, pero más elevado moralmente que en otros sentidos.

2. ¿Era verdaderamente ajeno –como él dice– a lo que se hacía junto a su tumba? –Resp. Completamente.

3. ¿Podríais decirnos cómo encaráis lo que sucedía con los Convulsionarios? ¿Era un bien o un mal? –Resp. Era un mal en vez de un bien; es fácil percibir esto por la impresión general que esos hechos han producido en los contemporáneos esclarecidos y en sus sucesores.

4. A esta pregunta dirigida a Pâris: «¿Por qué esas curas y todos esos fenómenos cesaron cuando las autoridades se opusieron, clausurando el cementerio? ¿Tendrían, pues, las autoridades más poder que los Espíritus?», su respuesta no nos pareció satisfactoria; ¿qué pensáis vos? –Resp. Él ha dado una respuesta que está más o menos de conformidad con la verdad. Estos hechos eran producidos por Espíritus poco elevados; las autoridades pusieron un término a eso, prohibiendo a los promotores de los mismos que continuaran esas especies de saturnales.

5. Entre los Convulsionarios, algunos se sometían a torturas atroces; ¿cuál era el resultado de esto, sobre sus Espíritus, después de la muerte? –Resp. Prácticamente nulo; no había ningún mérito en esos actos sin resultado útil.

6. Los que sufrían esas torturas parecían insensibles al dolor; ¿había en ellos una simple resignación o insensibilidad real? –Resp. Insensibilidad completa.

7. ¿Cuál era la causa de esta insensibilidad? –Resp. Un efecto magnético.

8. La sobreexcitación moral, al haber llegado a un cierto grado, ¿no podría aniquilar su sensibilidad física? –Resp. Esto sucedía con algunos de ellos y los predisponía a sufrir la comunicación de un estado que en otros había sido provocado artificialmente, porque el charlatanismo ha desempeñado un gran papel en esos hechos extraños.

9. Puesto que esos Espíritus operaban curas y prestaban algunos servicios, ¿cómo, entonces, ellos podían ser de un orden inferior? –Resp. ¿No veis esto todos los días? ¿No recibís a veces consejos excelentes y enseñanzas útiles de ciertos Espíritus poco elevados e incluso ligeros? ¿No pueden ellos intentar hacer algo de bueno como resultado definitivo, con miras a un mejoramiento moral?

10. Os agradecemos las explicaciones que habéis tenido a bien darnos. –Resp. Estoy a vuestra disposición.