Revista espírita — Periódico de estudios psicológicos — 1858

Allan Kardec

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DESCRIPCIÓN DE JÚPITER


NOTA – Por evocaciones anteriores sabíamos que Bernard Palissy, el célebre alfarero del siglo XVI, habita en Júpiter. Sus respuestas siguientes confirman en todos los puntos lo que nos ha sido dicho sobre este planeta en diversas épocas, por otros Espíritus y por intermedio de diferentes médiums. Pensamos que han de ser leídas con interés, como complemento del cuadro que hemos trazado en nuestro último número. La identidad que las mismas presentan con las descripciones anteriores es un hecho notable que, al menos, presumen una exactitud.


1. ¿Dónde te has encontrado al dejar la Tierra? –Resp. Aún en la misma.


2. ¿En qué condición estabas aquí? –Resp. Bajo los rasgos de una mujer amorosa y abnegada; no era sino una misión.


3. ¿Ha durado mucho tiempo esa misión? –Resp. Treinta años.


4. ¿Recuerdas el nombre de esta mujer? –Resp. Es desconocido.


5. ¿Te satisface la estima que se tiene por tus obras? Y esto, ¿te compensa los sufrimientos que has soportado? –Resp. ¡Qué me importan las obras materiales de mis manos! Lo que me importa es el sufrimiento que me ha elevado.


6. ¿Con qué objetivo has trazado, por la mano del Sr. Victorien Sardou, los admirables dibujos que nos has dado sobre el planeta Júpiter que habitas? –Resp. Con el objetivo de inspiraros el deseo de volveros mejores.


7. Ya que vuelves a menudo a la Tierra que has habitado diversas veces, debes conocer bastante el estado físico y moral para establecer una comparación entre ésta y Júpiter; te rogamos, pues, que consientas en esclarecernos sobre varios puntos. –Resp. En vuestro globo, no vengo sino en Espíritu; el Espíritu no tiene sensaciones materiales.


ESTADO FÍSICO DEL GLOBO


8. ¿Se puede comparar la temperatura de Júpiter a la de una de nuestras latitudes? –Resp. No; ella es suave y templada; es siempre igual, y la vuestra varía. Acordaos de los Campos Elíseos que se os ha descrito.


9. El cuadro que los Antiguos nos han dado de los Campos Elíseos, ¿sería el resultado del conocimiento intuitivo que ellos tenían de un mundo superior, tal como Júpiter, por ejemplo? –Resp. Del conocimiento positivo; la evocación permanecía en las manos de los sacerdotes.


10. ¿Varía la temperatura según las latitudes, como aquí? –Resp. No.


11. Según nuestros cálculos el Sol debe aparecer a los habitantes de Júpiter desde un ángulo muy pequeño, y darles, por consecuencia, poca luz. ¿Puedes decirnos si la intensidad de la luz es allí igual a la de la Tierra, o si es menos fuerte? –Resp. Júpiter está rodeado de una especie de luz espiritual en relación con la esencia de sus habitantes. La luz grosera de vuestro Sol no ha sido hecha para ellos.


12. ¿Hay una atmósfera? –Resp. Sí.


13. ¿Está la atmósfera formada por los mismos elementos que la atmósfera terrestre? –Resp. No; los hombres no son los mismos; sus necesidades han cambiado.


14. ¿Hay allí agua y mares? –Resp. Sí.


15. ¿Está el agua formada con los mismos elementos que la nuestra? –Resp. Más etérea.


16. ¿Hay volcanes? –Resp. No; nuestro globo no es atormentado como el vuestro; la Naturaleza no ha tenido sus grandes crisis; es la morada de los bienaventurados. En él, la materia apenas se toca.


17. ¿Tienen las plantas analogía con las nuestras? –Resp. Sí, pero más bellas.


ESTADO FÍSICO DE LOS HABITANTES


18. La conformación del cuerpo de los habitantes ¿tiene relación con la nuestra? –Resp. Sí; es la misma.


19. ¿Puedes darnos una idea de su talla comparada con la de los habitantes de la Tierra? –Resp. Grandes y bien proporcionados. Mayores que vuestros hombres mayores. El cuerpo del hombre es como la marca de su Espíritu: bello donde él es bueno; la envoltura es digna de él; no es más una prisión.


20. ¿Son allí los cuerpos opacos, diáfanos o translúcidos? –Resp. Los hay de unos y otros. Unos tienen tal propiedad, otros tienen tal otra, según su destinación.


21. Concebimos esto para los cuerpos inertes, pero nuestra pregunta es relativa a los cuerpos humanos. –Resp. El cuerpo envuelve al Espíritu sin esconderlo, como un tenue velo arrojado sobre una estatua. En los mundos inferiores la envoltura grosera oculta el Espíritu a sus semejantes; pero los buenos no tienen nada a esconder: pueden leer en el corazón de unos y de otros. ¡Qué sería si fuera así en la Tierra!


22. ¿Hay sexos diferentes? –Resp. Sí; los hay por todas partes donde la materia existe; es una ley de la materia.


23. ¿Cuál es la base de la alimentación de los habitantes? ¿Es animal y vegetal como aquí? –Resp. Puramente vegetal; el hombre es el protector de los animales.


24. Se nos ha dicho que una parte de su alimentación es extraída del medio ambiente del cual aspiran las emanaciones; ¿esto es exacto? –Resp. Sí.


25. La duración de su existencia, comparada con la nuestra, ¿es más larga o más corta? –Resp. Más larga.


26. ¿De cuánto tiempo es el promedio de vida? –Resp. ¿Cómo medir el tiempo?


27. ¿No puedes tomar uno de nuestros siglos como punto de comparación? –Resp. Creo que alrededor de cinco siglos.


28. ¿Es el desarrollo de la infancia proporcionalmente más rápido que entre nosotros? –Resp. El hombre conserva su superioridad; la infancia no comprime su inteligencia, ni la vejez la extingue.


29. ¿Están los hombres sujetos a las enfermedades? –Resp. No están sujetos a vuestros males.


30. ¿Se divide la existencia entre la vigilia y el sueño? –Resp. Entre la acción y el reposo.


31. ¿Podrías darnos una idea de las diversas ocupaciones de los hombres? –Resp. Sería preciso decir mucho. Su principal ocupación es la de dar aliento a los Espíritus que habitan en los mundos inferiores para que perseveren en la buena senda. Al no haber infortunios que aliviar entre ellos, van en busca de los que sufren: son los Espíritus buenos que os sostienen y os atraen a la buena senda.


32. ¿Se cultivan allí nuestras artes? –Resp. Éstas son inútiles allí. Vuestras artes son juguetes que distraen vuestros dolores.


33. La densidad específica del cuerpo del hombre, ¿le permite transportarse de un lugar a otro sin permanecer, como aquí, atado al suelo? –Resp. Sí.


34. ¿Se siente allí el fastidio y el disgusto de la vida? –Resp. No; el disgusto de la vida sólo viene del desprecio de sí mismo.


35. Al ser menos densos que los nuestros los cuerpos de los habitantes de Júpiter, ¿son formados de materia compacta y condensada o vaporosa? –Resp. Compacta para nosotros; pero, para vosotros, no lo sería; es menos condensada.


36. El cuerpo, considerado como formado de materia, ¿es impenetrable? –Resp. Sí.


37. ¿Tienen los habitantes un lenguaje articulado como nosotros? –Resp. No; existe entre ellos comunicación por el pensamiento.


38. ¿Es la segunda vista, como se nos ha dicho, una facultad normal y permanente entre vosotros? –Resp. Sí, el Espíritu no tiene obstáculos; nada está oculto para él.


39. Si nada está oculto para el Espíritu, ¿conoce entonces el futuro? (Queremos hablar de los Espíritus encarnados en Júpiter.) – Resp. El conocimiento del futuro depende de la perfección del Espíritu; tiene menos inconvenientes para nosotros que para vosotros; incluso nos es necesario, hasta un cierto punto, para el cumplimiento de misiones que tenemos que efectuar; pero decir que conocemos el futuro sin restricciones sería colocarnos en el mismo nivel que Dios.


40. ¿Podéis revelar todo lo que sabéis del futuro? –Resp. No; esperad saberlo cuando lo hayáis merecido.


41. ¿Os comunicáis más fácilmente que nosotros con los otros Espíritus? –Resp. ¡Sí! Siempre: la materia no está más entre ellos y nosotros.


42. ¿Inspira la muerte el horror y el espanto que causa entre nosotros? –Resp. ¿Por qué habría de ser espantosa? El mal no está más entre nosotros. Sólo el malo ve su último momento con espanto; él teme su juicio.


43. ¿Qué sucede con los habitantes de Júpiter después de la muerte? –Resp. Crecen siempre en perfección sin sufrir más pruebas.


44. ¿No hay Espíritus, en Júpiter, que se someten a pruebas para cumplir una misión? –Resp. Sí, pero eso no es más una prueba; sólo el amor al bien los lleva a sufrir.


45. ¿Pueden ellos fallar en su misión? –Resp. No, porque son buenos; sólo hay debilidad donde hay defectos.


46. ¿Podrías nombrarnos algunos Espíritus que habitan en Júpiter, que han cumplido una gran misión en la Tierra? –Resp. San Luis.


47. ¿Podrías nombrar otros? –Resp. ¡Esto no es importante! Hay misiones desconocidas que tienen como objetivo la felicidad de uno solo; a veces, ésas son las mayores y las más dolorosas.


LOS ANIMALES


48. ¿Es el cuerpo de los animales más material que el de los hombres? –Resp. Sí; el hombre es el rey, el dios terrestre.


49. ¿Existen animales carnívoros? –Resp. Los animales no se destrozan entre sí; todos viven sometidos al hombre y se aman mutuamente.


50. ¿Pero no hay animales que escapan a la acción del hombre, como los insectos, los peces, los pájaros? –Resp. No; todos le son útiles.


51. Se nos ha dicho que los animales son los servidores y los peones que ejecutan los trabajos materiales, construyendo viviendas, etc. ¿Esto es verdad? –Resp. Sí; el hombre no se rebaja más siendo sirviente de sus semejantes.


52. ¿Son los animales servidores vinculados a una persona o a una familia, o bien son tomados y cambiados a voluntad como aquí? – Resp. Todos se vinculan a una familia particular: vosotros cambiáis para encontrar otro mejor.


53. ¿Están los animales servidores en el estado de esclavitud o de libertad? ¿Son ellos una propiedad o pueden cambiar de dueño a voluntad? –Resp. Se encuentran en el estado de sumisión.


54. ¿Reciben los animales trabajadores alguna remuneración por sus esfuerzos? –Resp.


No. 55. Las facultades de los animales, ¿se desarrollan por una especie de educación? –Resp. Ellos lo hacen por sí mismos.


56. ¿Tienen los animales un lenguaje más preciso y más caracterizado que el de los animales terrestres? –Resp. Ciertamente.


ESTADO MORAL DE LOS HABITANTES


57. Las viviendas de las cuales nos has dado una muestra a través de tus dibujos, ¿están reunidas en ciudades como aquí? –Resp. Sí; los que se aman se reúnen; sólo las pasiones dejan al hombre en soledad. Si hasta el hombre malo busca a su semejante, que no es para él sino un instrumento de dolor, ¿por qué el hombre puro y virtuoso huiría de su hermano?


58. ¿Los Espíritus son iguales o de diferentes grados? –Resp. De diferentes grados, pero del mismo orden.


59. Te pedimos que consientas en remitirte a la Escala espírita que hemos dado en el segundo número de la Revista, y decirnos a qué orden pertenecen los Espíritus encarnados en Júpiter. –Resp. Todos buenos, todos superiores; algunas veces el bien desciende al mal; pero nunca el mal se mezcla con el bien.


60. ¿Los habitantes forman diferentes pueblos como en la Tierra? –Resp. Sí; pero todos unidos entre sí por los lazos del amor.


61. ¿Por eso las guerras son allí desconocidas? –Resp. Pregunta inútil.


62. ¿Podrá llegar el hombre en la Tierra a un grado bastante alto de perfección como para abstenerse de las guerras? –Resp. Seguramente ha de llegar; la guerra desaparecerá con el egoísmo de los pueblos y a medida que ellos comprendan mejor la fraternidad.


63. ¿Son los pueblos gobernados por jefes? –Resp. Sí.


64. ¿En qué consiste la autoridad de los jefes? –Resp. En el grado superior de perfección.


65. ¿En qué consiste la superioridad y la inferioridad de los Espíritus en Júpiter, ya que son todos buenos? –Resp. Ellos tienen más o menos conocimientos y experiencia; se depuran al esclarecerse.


66. ¿Existen pueblos más o menos adelantados que los otros como en la Tierra? –Resp. No; pero en los pueblos hay diferentes grados.


67. Si el pueblo más avanzado de la Tierra fuese transportado a Júpiter, ¿qué rango ocuparía allí? –Resp. El rango de los monos entre vosotros.


68. ¿Están los pueblos gobernados por leyes? –Resp. Sí.


69. ¿Existen leyes penales? –Resp. No hay más crímenes.


70. ¿Quién hace las leyes? –Resp. Dios las ha hecho.


71. ¿Hay ricos y pobres, es decir, hombres que están en la abundancia y en lo superfluo, mientras que a otros les falta lo necesario? –Resp. No; todos son hermanos; si uno tuviera más que el otro, habría de repartir; no disfrutaría en cuanto su hermano sufriese carencias.


72. Según esto, ¿serían las fortunas iguales para todos? –Resp. Yo no he dicho que todos eran ricos en el mismo grado; me habéis preguntado si existen los que tienen lo superfluo, mientras que a otros les falta lo necesario.


73. Estas dos respuestas nos parecen contradictorias; te rogamos que las aclares. –Resp. A nadie le falta lo necesario; nadie tiene lo superfluo, es decir, que la fortuna de cada uno está en relación con su condición. ¿Estáis satisfecho?


74. Ahora comprendemos; pero preguntaremos todavía si el que tiene menos no es desdichado con relación al que tiene más. –Resp. No puede ser desdichado desde el momento que él no es envidioso ni celoso. La envidia y los celos producen más desdichados que la miseria.


75. ¿En qué consiste la riqueza en Júpiter? –Resp. ¡Qué interés puede tener esto!


76. ¿Hay desigualdades de posición social? –Resp. Sí.


77. ¿En qué están fundadas? –Resp. En las leyes de la sociedad. Unos son más o menos adelantados en la perfección. Los que son superiores tienen sobre los otros una especie de autoridad, como un padre sobre sus hijos.


78. ¿Se desarrollan las facultades del hombre a través de la educación? –Resp. Sí.


79. ¿Puede el hombre adquirir bastante perfección en la Tierra para merecer pasar inmediatamente a Júpiter? –Resp. Sí, pero el hombre, en la Tierra, está sometido a las imperfecciones para que esté en relación con sus semejantes.


80. Cuando un Espíritu que deja la Tierra debe reencarnarse en Júpiter, ¿permanece errante durante algún tiempo antes de haber encontrado el cuerpo a que debe unirse? –Resp. Él queda en ese estado durante un cierto tiempo, hasta que se haya liberado de sus imperfecciones terrestres.


81. ¿Existen varias religiones? –Resp. No; todos profesan el bien y todos adoran a un solo Dios.


82. ¿Hay templos y cultos? –Resp. Por templo, el corazón del hombre; por culto, el bien que hace.