Revista espírita — Periódico de estudios psicológicos — 1858

Allan Kardec

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PRIMER ORDEN – ESPÍRITUS PUROS

Caracteres generales – Influencia nula de la materia. Superioridad intelectual y moral absoluta con relación a los Espíritus de los otros órdenes.

Primera clase. Clase única – Han recorrido todos los grados de la escala y se han despojado de todas las impurezas de la materia. Por haber alcanzado la suma de perfección de la cual es susceptible la criatura, no han de sufrir más pruebas ni expiaciones. Al no estar más sujetos a la reencarnación en cuerpos perecederos, la vida es para ellos eterna y la disfrutan en el seno de Dios.


Gozan de una felicidad inalterable, porque no están sujetos a las necesidades ni a las vicisitudes de la vida material; pero esta felicidad no es de manera alguna la de una ociosidad monótona que transcurre en una perpetua contemplación. Son los mensajeros y los ministros de Dios, cuyas órdenes ejecutan para el mantenimiento de la armonía universal. Comandan a todos los Espíritus que les son inferiores, ayudándolos a perfeccionarse y asignándoles su misión. Asistir a los hombres en sus aflicciones, inclinarlos al bien o a la expiación de las faltas que los alejan de la felicidad suprema, es para ellos una agradable ocupación. A veces son designados con los nombres de ángeles, arcángeles o serafines.


Los hombres pueden entrar en comunicación con ellos, pero muy presuntuoso sería quien pretendiese tenerlos constantemente a sus órdenes.