Revista Espírita - Periódico de Estudios Psicológicos - 1862

Allan Kardec

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2º) El alma de la Tierra

Encontramos la siguiente proposición en un opúsculo intitulado: Resumen de la religión armónica.

«Dios creó al hombre, a la mujer y a todos los más bellos y mejores seres. Pero concedió a las almas de los astros el poder de crear a seres de un orden inferior, a fin de completar esta clase de seres, ya sea por la combinación de su propio fluido prolífico –conocido en nuestro globo con el nombre de aurora boreal– o por la combinación de ese fluido con el de otros astros. Ahora bien, el alma del globo terrestre que –como las almas humanas– tiene su libre albedrío, es decir, la facultad de elegir el camino del bien o del mal, se dejó arrastrar por este último. De ahí las creaciones imperfectas y malas, tales como los animales feroces y venenosos, y los vegetales que producen venenos. Pero la humanidad hará desaparecer a esos seres dañinos cuando, al ponerse de acuerdo con el alma de la Tierra para marchar en el camino del bien, se ocupe de una manera más inteligente de la gestión del globo terrestre, en el cual será creada una clase más perfecta.»

¿Qué hay de verdadero en esta proposición, y qué se debe entender por el alma de la Tierra?