El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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498. Cuando el espíritu protector deja que su protegido se extravíe en la vida, ¿es por impotencia para luchar con los espíritus malévolos?

«No es porque no puede, sino porque no quiere; su protegido sale entonces de las pruebas más perfecto e instruido, y el espíritu protector le asiste con sus consejos y con los huenos pensamientos que le sugiere, los cuales por desgracia no siempre son oídos. Sólo la debilidad, la incuria o el orgullo del hombre dan fuerza a los espíritus malos, y sólo procede su poder sobre vosotros de que no les oponéis resistencia».