El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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859. Si la muerte no puede ser evitada, cuando ha de tener lugar, ¿sucede lo mismo con todos los accidentes que nos sobrevienen durante el curso de la vida?

«A menudo son cosas bastante pequeñas para que podamos preveniros, y evitároslas a veces, dirigiendo vuestro pensamiento, porque nos disgusta el sufrimiento material; pero esas cosas importan poco a la vida que habéis elegido. La fatalidad no consiste más que en la hora en que debéis aparecer y desaparecer de la tierrá».

-¿Existen hechos que forzosamente han de acontecer, y que no pueden conjurar la voluntad de los espíritus?

«Sí; pero tú, en estado de espíritu, los viste y presentiste cuando hiciste tu elección. No creas, sin embargo, que todo lo que suceda está escrito, como se dice. Un acontecimiento es a menudo consecuencia de una cosa que has hecho por un acto de tu libre voluntad, de modo, que si no la hubieses hecho, el acontecimiento no hubiera tenido lugar. Si te quemas un dedo, eso no es nada; es consecuencia de tu imprudencia y de la materia. Sólo los grandes dolores y los acontecimientos importantes y que pueden influir en la moral, están previstos por Dios; porque son útiles a tu purificación e instrucción».