El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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CONMEMORACIÓN DE LOS DIFUNTOS. FUNERALES

320. ¿Son sensibles los espíritus al recuerdo de aquellos a quienes amarón en la tierra?

«Mucho más de lo que vosotros podéis creer. Ese recuerdo aumenta su felicidad, si son felices, y les sirve de alivio, si son desgraciados».

321. El día de la conmemoración de los difuntos, ¿tiene algo de más solemne para los espíritus? ¿Se preparan para venir a visitar a los que van a orar cerca de sus restos?

«Los espíritus acuden al llamamiento del pensamiento lo mismo aquel día que los otros».
-Semejante día, ¿es para ellos una cita en sus sepulcros?

«Son más numerosos aquel día, porque son más las personas que los llaman; pero cada uno de ellos acude por sus amigos únicamente, y no por la multitud de indiferentes».

-¿Bajo qué forma acuden y cómo se les vería, si pudiesen hacerse visibles?
«Bajo aquélla con que se les conoció durante toda la vida».

322. Los espíritus olvidados y cuya tumba nadie visita, ¿acuden, a pesar de esto, y experimentan algún sentimiento, al ver que ningún amigo los recuerda?

«¿Qué les importa la tierra? Sólo por el Corazón se relacionan con ella. Si no existe amor, nada hay en aquélla que traiga a los espíritus. Todo el universo les pertenece».

323. La visita a la tumba, ¿causa más satisfacción al espíritu que la oración hecha en casa?

«La visita a la tumba es un modo de manifestar que se piensa en el espíritu ausente; es una imagen. Ya os he dicho que lo que santifica el recuerdo es la oración, y si ésta se hace de corazón, poco importa el lugar».

324. Los espíritus de las personas a quienes se erigen estatuas o monumentos, ¿asisten a la inauguración y las miran con satisfacción?

«Muchos, cuando pueden, acuden; pero son menos sensibles al honor que al recuerdo que se les tributa».

325. ¿De dónde puede proceder el deseo de ciertas personas, que quieren que se las entierre más bien en un lugar que en otro? ¿Acuden a él de mejor grado después de la muerte, y esta importancia atribuida a una cosa material, es señal de inferioridad del espíritu?

«Afecto del espíritu por ciertos lugares; inferioridad moral. ¿Qué importa este o aquel rincón de tierra al espíritu elevado? ¿No sabe que su alma se unirá a los que ama, aun-que fuesen desparramados sus huesos?»

-La reunión de los restos mortales de todos los miembros de una misma familia, ¿debe considerarse como cosa fútil?

«No; es un uso piadoso y un testimonio de simpatía hacia aquellos a quienes se ha amado, y si semejante reunión importa poco a los espíntus, es útil a los hombres, pues los recuerdos están más acumulados».

326. Al regresar de la vida espiritual. ¿es sensible el alma a los honores hechos a sus restos mortales?

«Cuando el espíritu ha llegado ya a cierto grado de perfección no tiene vanidad terrestre, y comprende la futileza de todas esas cosas; pero ten entendido que con frecuencia hay espíritus que, en el primer momento de su muerte material, experimentan sumo placer con los honores que se les tributan, o enojo por el descuido de su envoltura; porque conservan aún algunas de las preocupaciones de la tierra».

327. ¿Asiste el espíritu a su entierro?

«Con mucha frecuencia; pero a veces no se da cuenta de lo que ocurre, si se encuentra aún en la turbación».

-¿Se envanece de los asistentes a su entierro?
«Más o menos según el sentimiento con que concurren aquéllos».


328. El espíritu del que acaba de morir, ¿asiste a las reuniones de sus herederos?
«Casi siempre. Dios lo quiere por su propia instrucción y castigo de los culpables, pues entonces juzga lo que valen sus protestas. Para él todos los sentimientos están patentes, y el desengaño que experimentan, viendo la rapacidad de los que se reparten sus ahorros, le ilustra sobre los sentimientos de éstos; pero ya les llegará su hora».

329. El respeto instintivo que en todos tiempos y pueblos siente el hombre por los muertos, ¿es efecto de la intuición que de la vida futura tiene?

«Es su consecuencia natural, pues a no ser así, ese respeto carecerá de objeto».