El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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853. Ciertas personas se libran de un peligro mortal para caer en otro, y parece que no podían escapar de la muerte. ¿No es esto la fatalidad?

«Sólo es fatal, en el verdadero sentido de la palabra, el instante de la muerte, llegado el cual, ya por uno, ya por otro medio, no podéis substraeros a él».

-Así, pues, cualquiera que sea el peligro que nos amenace, ¿no moriremos si no ha llegado aún nuestra hora?

«No, no perecerás, y de ello tienes miles de ejemplos; pero llegada tu hora de marchar, nada puede librarte. Dios sabe anticipadamente de qué clase de muerte sucumbirás, y a menudo también lo sabe tu espíritu; porque le es revelado, cuando elige tal o cual existencia».