A los lectores de la Revista
Las circunstancias nos han obligado, desde
hace algún tiempo, a dar más desarrollo a los artículos de profundidad y a
restringir las comunicaciones espirituales, por la necesidad de ciertas
refutaciones de actualidad. Pronto podremos restablecer el equilibrio.
Ciertamente intentamos poner la mayor
variedad posible en nuestro periódico para satisfacer todos los gustos y un
poco todas las pretensiones, pero hay cosas que son lo primero; estamos felices
de ver que somos comprendidos en general y que se nos tiene en cuenta las
complicaciones del trabajo resultantes de la lucha por sostenerse y de la
incesante propagación de la Doctrina, estando en el centro donde terminan todas
las ramificaciones e innumerables hilos de esta red que hoy abraza al mundo
entero. Gracias a Dios, nuestros esfuerzos se ven coronados por el éxito y,
como compensación de nuestro cansancio, no nos faltan las satisfacciones
morales.