Revista Espírita – Periódico de Estudios Psicológicos - 1863

Allan Kardec

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Suicidio falsamente atribuido al Espiritismo

Es verdaderamente increíble el ardor de los adversarios por recoger y sobre todo desvirtuar los hechos que creen que podrían comprometer el Espiritismo; hasta el punto de que pronto ya no habrá ningún accidente del que no sea responsable.

Un hecho lamentable ocurrido recientemente en Tours y que no podía dejar de ser explotado por la crítica, fue el suicidio de dos individuos que intentaron atribuirlo al Espiritismo.

El periódico Le Monde (antes Univers religieux), y según él varios periódicos, publicaron un artículo sobre este tema del que extraemos los siguientes pasajes:

“Dos esposos muy ancianos, el señor y la señora ***, aun gozando de buena salud y disfrutando de unos ingresos que les permitían vivir cómodamente, se dedicaban a operaciones del Espiritismo desde hacía casi dos años. Casi todas las noches se reunía en su casa un cierto número de trabajadores, hombres y mujeres, y jóvenes de ambos sexos, ante los cuales nuestros dos Espíritas hacían sus evocaciones, o al menos fingían hacerlo.

No hablaremos de cuestiones de ningún tipo que se pidió resolver a los Espíritus en esta casa. Quienes conocen desde hace mucho tiempo a estas dos personas y sus sentimientos sobre la religión nunca se han sorprendido por las escenas que podrían ocurrir en su hogar. Ajenos a todas las ideas cristianas, se habían lanzado a la magia, donde se les consideraba maestros hábiles y consumados.

Ambos habían estado convencidos por poco tiempo de que los Espíritus los instaban fuertemente a abandonar la tierra para disfrutar de una mayor felicidad en otro mundo, el mundo supra terrestre. Sin dudar de que así sería, ellos, con la mayor serenidad, cometieron un doble suicidio que hoy provoca un gran escándalo en la ciudad de Tours.

Así, hoy lo que vemos como resultado del Espiritismo y de su doctrina es el suicidio; ayer hubo casos de locura, sin contar los desórdenes domésticos y otros desórdenes a que tantas veces ha dado lugar el Espiritismo. ¿No es esto suficiente para que los hombres que no quieren escuchar la voz de la religión comprendan a qué peligros se exponen al involucrarse en estas prácticas oscuras y estúpidas”?

Notemos primero que si estos dos individuos afirmaban hacer evocaciones es porque no estaban haciendo evocaciones reales; que abusaron de otros o de ellos mismos; por lo tanto, si no hicieron verdaderas evocaciones fue una quimera, y los Espíritus no pueden haberles dado malos consejos.

¿Eran Espíritas, es decir Espíritas de corazón o de nombre? El artículo señala que eran ajenos a cualquier idea cristiana; además, que eran considerados maestros hábiles y consumados de la magia; sin embargo, es constante que el Espiritismo es inseparable de las ideas religiosas y especialmente cristianas; que la negación de éstos es la negación del Espiritismo; que condena las prácticas de la magia, con las que no tiene nada en común; que denuncia como supersticiosa la creencia en la virtud de los talismanes, las fórmulas, los signos cabalísticos y las palabras sacramentales; por lo tanto estas personas no eran Espíritas, ya que estaban en contradicción con los principios del Espiritismo. Para rendir homenaje a la verdad, diremos que, de las informaciones obtenidas, se desprende que estas personas no se dedicaban a la magia, y que sin duda quisimos aprovechar la circunstancia para atribuir este nombre al Espiritismo.

El artículo dice además que, entre ellos, se hacían preguntas de todo tipo a los Espíritus. El Espiritismo dice expresamente que no podemos dirigir a los Espíritus toda clase de preguntas; que vienen a enseñarnos y a hacernos mejores, y no a cuidar intereses materiales; ¿qué tiene de malo el propósito de las manifestaciones y ver en ellas un medio para conocer el futuro, para descubrir tesoros o legados, para hacer invenciones y descubrimientos científicos para ganar fama o enriquecerse sin trabajo?; en una palabra, que los Espíritus no vienen a adivinar la buenaventura; por eso, al hacer a los Espíritus preguntas de todo tipo, lo cual es verdadero, estos individuos demostraron su ignorancia sobre el objetivo mismo del Espiritismo.

El artículo no dice que hicieron de ello una profesión, y de hecho no fue así, de lo contrario recordaríamos lo que se ha dicho cien veces sobre esta explotación y sus consecuencias, de las cuales el Espiritismo serio no puede asumir responsabilidad legal o de otro tipo, como tampoco asume la de las excentricidades de quienes no lo comprenden; no defiende ninguno de los abusos que puedan cometerse en su nombre, por quienes toman su forma o enmascaran sin asimilar sus principios.

Otra prueba de que estos individuos ignoraron uno de los puntos fundamentales de la Doctrina Espírita es que el Espiritismo demuestra, no con una simple teoría moral, sino con numerosos y terribles ejemplos, que el suicidio es severamente castigado; que aquel que cree escapar de las miserias de la vida por una muerte voluntaria anticipada de los planes de Dios, cae en un estado mucho más infeliz. El Espírita, pues, sabe, sin poder dudarlo, que, mediante el suicidio, cambiamos un mal estado temporal por uno peor, que puede durar mucho tiempo; esto es lo que estos individuos habrían sabido si hubieran sabido sobre el Espiritismo. El autor del artículo, al sostener que esta Doctrina conduce al suicidio, hablaba él mismo de algo que no sabía.

No nos sorprende en modo alguno el resultado que ha producido el ruido que se ha hecho sobre este acontecimiento. Al presentarlo como consecuencia de la Doctrina Espírita, se despertó la curiosidad y todos quisieron conocer esta Doctrina por sí mismos, a menos que la rechazaran si era como estaba representada; sin embargo, se reconoció que estaba diciendo todo lo contrario de lo que le hacían decir; por lo tanto, sólo puede beneficiarse de ser conocida, lo que nuestros adversarios parecen asumir con un ardor que sólo podemos agradecer, salvo la intención. Si por medio de sus diatribas producen una pequeña perturbación local y momentánea, no pasa mucho tiempo antes de que le siga un resurgimiento del número de seguidores; esto es lo que vemos en todas partes.

“Si, por tanto”, nos escriben desde Tours, “estos individuos creyeron necesario mezclar a los Espíritus con su resolución fatal y sus conocidas excentricidades, es evidente que no entendían nada del Espiritismo, y que no podemos sacar ninguna conclusión contra la Doctrina; de lo contrario tendríamos que responsabilizar a las doctrinas más serias y sagradas de los abusos, incluso de los crímenes cometidos en su nombre por pobres tontos o fanáticos. La Sra. F... decía ser una médium, pero todos los que la escuchaban hablar nunca podían tomarla en serio. Las ideas muy conocidas, las exageraciones y las excentricidades de los dos esposos y especialmente de la esposa, les hicieron cerrar sin piedad las puertas del círculo Espírita de Tours, donde no fueron admitidos a una sola sesión”.

El citado diario no se informó mejor sobre las causas reales de este suicidio. Los extraemos de documentos auténticos depositados ante notario en Tours, así como de una carta que nos escribió a este respecto el Sr. X…, abogado de esta ciudad.

La pareja de ancianos F..., esposa de sesenta y dos años y marido de ochenta, lejos de ser acomodada, se vio empujada al suicidio sólo por la perspectiva de la pobreza. Habían acumulado una pequeña fortuna en un comercio de Rouenneries (tela de algodón estampada en colores que se fabricaba en la ciudad francesa de Ruán) en Nueva Orleans; arruinados por las quiebras, llegaron a Nantes y luego a Tours con algunos restos de su naufragio. Una renta vitalicia de 480 francos, que era su principal recurso, les falló en 1856 tras una nueva quiebra. Ya tres veces, y mucho antes de que se hablara del Espiritismo, habían intentado suicidarse. Recientemente, perseguidos por antiguos acreedores, un proceso desafortunado los había arruinado y les había hecho perder el coraje y la razón.

La siguiente carta, escrita por la Sra. F… antes de su muerte, y que se encuentra entre los documentos mencionados anteriormente, y firmada por el presidente del tribunal, sin posibilidad de cambio, revela el verdadero motivo. Lo transcribimos textualmente con la ortografía original:

“Sr. y Sra. B…, antes de ir al cielo, quiero llevarme bien con ustedes por última vez, por favor acepten mi último adiós, espero sin embargo que nos volvamos a ver, al partir antes que ustedes, guardaré su dirección para cuando llegue el momento, quiero compartir contigo nuestro proyecto, ya que nuestras adversidades las hemos alimentado en nuestro corazón, una pena que no se puede borrar, es más que una molestia, todo se vuelve una carga para mí, mi corazón está constantemente lleno de amargura, debo decirle que desde hace seis años el asunto de nuestra casa, todavía no se ha terminado nada, tal vez tendremos que traer otros dos mil francos, ya que vemos que sólo podemos salir de esto con muchas privaciones, que siempre tenemos que empezar de nuevo sin ver el final, hay que ponerle fin, ahora que somos viejos la fuerza empieza a abandonarnos, falta el coraje, el juego ya no es igual, hay que poner un fin y nos detenemos en la determinación. Por favor acepte mis más sinceros deseos. Sra. F…”

Hoy sabemos en Tours qué creer sobre las verdaderas causas de este acontecimiento, y el ruido que se ha hecho sobre este tema se vuelve en beneficio del Espiritismo, porque, dice nuestro corresponsal, hablamos en todas partes, la gente quiere saber exactamente qué está sucediendo y desde entonces los libreros de la ciudad han vendido más libros Espíritas que nunca.

Es realmente curioso ver el tono lamentable de unos, el enojo furioso de otros, y en medio de todo esto el Espiritismo continúa su marcha ascendente como un soldado que va al ataque sin preocuparse por la metralla. Los adversarios, al ver la burla impotente, después de haber dicho que era un fuego fatuo, ahora dicen que es un perro rabioso.