Revista Espírita – Periódico de Estudios Psicológicos - 1863

Allan Kardec

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Disertaciones Espíritas - Paz a los hombres de buena voluntad

Poitiers. Reunión preparatoria de trabajadores Espíritas; médium, Sr. X…

Mis queridos amigos, la vida es corta; grande es lo que le precede, grande es lo que le sigue; nada es sino por la voluntad de Dios; nada es, pues, sino legítimo y de alta justicia. Tu miseria, cuando te abraza, es un mal merecido, un castigo, no lo dudes, por tus faltas anteriores. Enfréntalo con valentía y mira hacia arriba con resignación: descenderá bendición y alivio. Vuestros dolores, a veces, son la prueba exigida por vuestro Espíritu mismo, por vuestro Espíritu queriendo llegar pronto a la meta final, siempre vislumbrada en estado desencarnado.

En una época en que el mundo está convulso y en sufrimiento, en que las sociedades, en busca de la verdad, se retuercen en laboriosos partos, Dios permite que el Espiritismo, es decir, un rayo de eterna verdad, descienda de las altas regiones e ilumine vosotros. Nuestro objetivo es mostraros el camino, pero dejaros vuestra libertad, es decir el mérito y el demérito de vuestros actos. Así que escúchanos y ten la certeza de que tu felicidad es una gran preocupación para nosotros. ¡Si supierais cuánto nos afligen vuestras malas obras! ¡Cómo nos llenan de alegría vuestros esfuerzos hacia la ley de Dios! El Señor nos dijo: “Siervos de mi imperio, devotos apóstoles de mi ley, llevéis todos, mi palabra; explicar a todos que la vida eterna será para los que practican el Evangelio; haced comprender a todos los hombres que lo bueno, lo bello, lo grande, pasos de mi eternidad, están contenidos en esta palabra: Amor”. El Señor nos dijo: “Espíritus de Luz, corred a todos: a los más desdichados y a los más felices; del rey al artesano; del fariseo al que arde en fe ardiente”. Y vamos en todas direcciones, y gritamos a los desdichados: Resignación; a la feliz Caridad, la humildad; a los reyes: Amor a los pueblos; al artesano: ¡Respeto a la ley!

Amigos míos, el día en que hagan mejor que escucharnos, es decir el día en que practiquen nuestros preceptos, no más egoísmo, no más celos; a partir de ahí no más miserias, no más de ese lujo que es el gusano que roe las sociedades y las estremece; no más de esos errores morales que perturban las conciencias; ¡No más revoluciones, no más sangre! no más ese triste prejuicio que hizo creer durante mucho tiempo a las familias principescas que el pueblo era lo suyo y que eran de otra sangre que el pueblo, ¡nada más que felicidad! Vuestros gobiernos serán buenos, porque el gobernante y los gobernados se habrán beneficiado del Espiritismo. Las ciencias y las artes, llevadas en alas de la caridad divina, se elevarán a una altura que no sospecháis; vuestro clima mejorado por el trabajo agrícola; tus cosechas se hacen más abundantes; estas profundas palabras de igualdad y fraternidad, finalmente interpretadas sin pensar en despojar a quien posee, realizará, os lo aseguro, las promesas de vuestro Dios.

“¡Paz, dijo vuestro Cristo, a los hombres de buena voluntad! No tuvisteis paz, porque no tuvisteis buena voluntad. La buena voluntad, tanto para los pobres como para los ricos, se llamará caridad. Hay caridad moral, como hay caridad material, y no la tuvisteis; ¡y el pobre fue tan culpable como el rico!

Escúchame bien: ¡Cree y ama! Amor: mucho se le perdonará al que mucho amó. Cree: la fe mueve montañas. Prudencia y mansedumbre en el nuevo apostolado: vuestra mejor predicación será un buen ejemplo. Compadeced a los ciegos: los que no quieren mirar la luz. ¡Denunciad, no culpéis! Oréis, mis amigos, y la bendición de Dios estará con vustras almas. Brilla la antorcha de la vida; en cada rincón del horizonte se encienden los faros; ¡la tormenta sacudirá y tal vez romperá los barcos! Pero el barquero que, sobre la ola furiosa, mirará siempre al faro, se acercará a la orilla, y el Señor le dirá: “Paz a los hombres de buena voluntad; bendito seas vos que habéis amado; sed feliz, ya que habéis trabajado por la felicidad de los demás. ¡Hijo mío, a cada uno según vuetras obras!”

FD, exmagistrado.