Espíritus y Espiritismo - Por el Sr. Fammarion (Extraído de la Revue Française)
Bajo este título, el Sr. Flammarion, autor
del folleto sobre la Pluralidad de los mundos habitados, del que informamos en
nuestro número del pasado mes de enero, acaba de publicar en la Revue Française
de febrero de 1863
[1] un primer artículo muy interesante, cuyo
comienzo damos a continuación. Esta obra, que le fue encargada por la dirección
de esta revista, importante y muy difundida colección literaria, es una
presentación de la historia y de los principios del Espiritismo. Su extensión
casi le confiere la importancia de una obra especial, teniendo este primer
artículo nada menos que veintitrés páginas. El autor consideró necesario
ignorar, hasta cierto punto, su opinión personal sobre la cuestión y permanecer
en un terreno algo neutral, limitándose a una exposición imparcial de los
hechos, para dejar al lector total libertad de apreciación. Comienza así:
“En un siglo en el que la metafísica ha caído
de su alto pedestal, en el que la idea religiosa ha querido liberarse de todo
dogma y de todo culto especial, en el que la propia filosofía ha cambiado su
modo de razonamiento para adherirse al positivismo de la ciencia experimental,
una doctrina espiritualista vino para ser ofrecida a los hombres, y la
recibieron; les ofreció un símbolo de creencia y ellos lo adoptaron; les mostró
un nuevo camino que conduce a regiones inexploradas, y se comprometieron en él,
y ahora esta Doctrina, basada en las manifestaciones de seres invisibles, se ha
elevado, apenas salida de la cuna, por encima de las afecciones ordinarias de
la vida, y se ha extendido universalmente entre la gente del viejo y del nuevo
mundo. ¿Qué es entonces ese poderoso aliento bajo cuyo impulso tantas cabezas
pensantes han mirado hacia el mismo punto del cielo?
Vana utopía o verdadera ciencia, fantástico
señuelo o verdad profunda, el acontecimiento está ahí ante nuestros ojos y nos
muestra el estandarte del Espiritismo reuniéndose en torno a sus numerosos
defensores, contando hoy sus defensores por millones. Y este número prodigioso
se formó en el espacio limitado de diez años.
Tenemos pues ante nuestros ojos un nuevo
acontecimiento: es un hecho incontestable. Ahora bien, cualquiera que sea la
frivolidad o la importancia de este acontecimiento, no será inútil estudiarlo
en sí mismo, para saber si tiene derecho de nacimiento entre los hijos del
progreso, si su marcha es paralela al movimiento de las ideas progresistas, o
si no tiende, como pretenden algunos, a hacernos retroceder hacia creencias
superadas y poco dignas de ser restituidas.
Y en cuanto a razonar sobre cualquier tema,
es importante ante todo conocerlo bien, para no exponernos a valoraciones
erróneas, examinaremos sucesivamente en qué hechos se basa el Espiritismo, sobre
qué base construimos la teoría de su enseñanza y en qué consiste brevemente
esta ciencia. Observemos que estamos tratando aquí con hechos y no con sistemas
especulativos u opiniones azarosas; porque, cualquiera que sea la maravilla de
la cuestión que nos ocupa, el Espiritismo se basa pura y simplemente en la observación
de los hechos. Si fuera de otra manera, si se tratara sólo de una nueva secta
religiosa, de una nueva escuela filosófica, estamos seguros de que este
acontecimiento perdería gran parte de su importancia, y que los hombres serios
de la época actual, discípulos en su mayoría del método baconiano, no habrían
dedicado su tiempo a examinar una cuestión de teoría pura. En el libro de la
debilidad humana se han escrito suficientes utopías como para que ya no
busquemos recoger los ensueños que los cerebros exaltados conciben y proclaman
cada día.
Ahora vamos, francamente y sin segundas
intenciones, a acercarnos a esta ciencia doctrinaria, de la que se ha dicho
mucho bien y mucho mal, quizás sin haberla estudiado lo suficiente. En esta
presentación comenzaremos por el origen de su historia moderna, -porque el
Espiritismo tiene su historia antigua-, y daremos a conocer los sucesivos
fenómenos que lo han establecido definitivamente; siguiendo el orden natural de
las cosas, examinaremos el efecto antes de volver a la causa”.
Sigue la historia de las primeras
manifestaciones en América, su introducción en Europa, su conversión en
doctrina filosófica.
[1] Revue Française, rue d’Amsterdam, 35. –
20 fr. anualmente. – Cada entrega mensual de 120 páginas, 2 fr.