MANUAL PRÁCTICO DE LAS MANIFESTACIONES ESPIRITISTAS

Allan Kardec

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- Predominio de la materia sobre el espíritu. Propensión al mal. Ignorancia, orgullo, egoísmo y todas las malas pasiones que son su secuela. Tienen la intuición de Dios, pero no le comprenden. No son todos esencialmente malos: hay algunos que son más ligeros, inconsecuentes y maliciosos, que verdaderamente malos. Los hay que no hacen bien ni mal; pero por el solo hecho de no practicar el bien, descubren su inferioridad Otros, por el contrario, se complacen en el mal, y quedan satisfechos cuando hallan ocasión de hacerlo. Pueden unir 1a inteligencia a la maldad o a la malicia; pero cualquiera que sea su desarrollo intelectual, sus ideas son poco elevadas, y sus sentimientos, más o menos abyectos. Sus conocimientos sobre las cosas del mundo espirita, son limitados; y lo poco que de ellas saben, lo confunden con su ideas y prejuicios de la vida corporal. No pueden darnos sino nociones falsas e incompletas, y el observador atento, halla con frecuencia en sus comunicaciones, aunque imperfectas, 1a confirmación de las grandes verdades enseñadas por los Espíritus superiores. Su carácter se revela por su lenguaje. Todo Espíritu que en sus comunicaciones, disfraza un mal pensamiento, puede clasificarse en el tercer orden. Por lo mismo, todo mal pensamiento que nos sea sugerido, podemos creer que procede de un Espíritu de ese orden. Ven, los tales, la felicidad de los buenos, y esta visión para ellos un tormento incesante, porque experimentan todas las angustias que pueden producir la envidia y los celos. Conservan también el recuerdo y la percepción de los sufrimientos de la vida corporal, y esta impresión es frecuentemente más penosa que la realidad. Sufren, pues, verdaderamente por los males que han producido y que han hecho producir a otros; y, como sufren durante mucho tiempo, creen que han de sufrir siempre. Dios, para castigarles, quiere que e sea su creencia. A los Espíritus imperfectos se les puede dividir en cuatro grupos principales, a saber: