ANGEL (del lat. angelus; gr. aggelos, mensajero). Según la idea vulgar, los ángeles son seres intermediarios entre el hombre y la divinidad por su naturaleza y por su potencia, que pueden manifestarse, sea por advertencias ocultas, sea de un modo visible. No fueron creados perfectos, puesto que la perfección supone infalibilidad, y cierto número de entre ellos se rebelaron contra Dios. Se les clasifica en buenos y malos ángeles, y en ángeles de luz y ángeles de tinieblas. Sin embargo, la idea más general referida a este nombre es la de bondad y la de suprema virtud. Según la doctrina espiritista, los ángeles no son seres aparte y de una naturaleza especial; son Espíritus del primer orden, es decir, aquéllos que han llegado al estado de Espíritus puros, después de haber vencido en todas las pruebas. Nuestro mundo no es de toda eternidad, y mucho tiempo antes de que él existiera, Espíritus sin cuento habían alcanzado ya ese grado de pureza: los hombres pudieron creer que habían sido siempre lo mismo.