PERIESPÍRITU (del peri, alrededor, y spiritus, espíritu). Envoltura semimaterial del Espíritu cuando está
separado del cuerpo. El Espíritu la toma del mundo en que se halla y la cambia al pasar de uno a otro mundo;
es más o menos sutil, según la naturaleza de cada globo. El periespíritu puede tomara todas las formas que
quiera el Espíritu: ordinariamente afecta la que tenía en su última existencia corporal.
Aunque de naturaleza etérea la substancia del periespíritu es susceptible de ciertas modificaciones que la
hacen perceptible a nuestra vista. Así sucede en las apariciones. Con su unión con el fluido de ciertas
personas, puede convenirse temporalmente en tangible, es decir, ofrecer al tacto la resistencia de un cuerpo
sólido, como se ve en las apariciones estereotitas o palpables.
La naturaleza íntima del periespíritu no es todavía conocida; pero se puede suponer que la materia de los
cuerpos está compuesta de una parte sólida y grosera y de otra sutil y etérea, y que la primera es la sola que
sufre los efectos de la descomposi ción producida por la muerte, mientras que la segunda persiste y acompaña
al Espíritu. De este modo, el Espíritu tendría un doble envoltura: la muerte no le despojada sino de la más
grosera, y la segunda, que constituirla el periespíritu, conservaría la huella y la forma de la primera, de la que
seria como la sombra; mas su naturaleza, esencialmente vaporosa, permitiría al Espíritu modificarla a su
gusto, y hacerla visible o invisible, palpable o impalpable.
El periespíritu es al Espíritu lo que el perisperma es al germen del fruto. La almendra, despojada de su
envoltura leñosa, encierra bajo la envoltura delicada del perisperma.