INFIERNO (del lat. inferna, compuesto de infernus, inferior, que está a la parte baja, debajo;
sobreentendiéndose locus: lugar inferior); así nombrado porque los antiguos lo creían en las entrañas de la
tierra. En plural sólo se usa en lenguaje poético o hablando de los lugares subterráneos, a donde, según los
paganos, iban las almas después de la muerte. Los infiernos comprendían dos partes: los Campos Elíseos,
morada encantadora de los hombres de bien, y el Tártaro, lugar donde los malos sufrían el castigo de sus
crímenes por el fuego y otras torturas eternas.
La creencia relativa a la posición subterránea de los Espíritus, ha sobrevivido al paganismo. Según la
Iglesia Católica, Jesús descendió a los infiernos, donde las almas de los justos esperaban su advenimiento en
los Limbos. Las almas de los pecadores serán precipitadas en los infiernos. La significación de esta palabra,
es, hoy día; muy restringida, y se aplica solamente a la morada de los réprobos; mas al progreso de las ciencias geológicas y astronómicas, habiendo lanzado raudales de luz sobre la estructura del globo terrestre y
su verdadera posición en el espacio, ha desterrado el infierno de su seno, y no le queda lugar alguno
determinado.
En el estado de ignorancia, el hombre es incapaz para las abstracciones y para las generalizaciones; no
concibe nada que no esté localizado y circunscrito; materializa lo inmaterial y llega hasta a rebajar la
Majestad Divina. A medida que el progreso de la ciencia positiva se extiende, reconoce su error; sus ideas
dejan de ser mezquinas y el horizonte del infinito se despliega ante su mirada. Por ello se ha llegado a
concebir, según la doctrina espiritista, que no pudiendo ser sino morales las penas de ultratumba, tales penas
han de radicar en la naturaleza imperfecta de los Espíritus inferiores. No hay infierno localizado en el sentido
vulgar que se da a tal palabra; pero cada uno le llevamos con nosotros mismos por los sufrimientos a que
estamos sujetos, que no son menos punzantes por que no sean físicos. El infierno está donde hay Espíritus
imperfectos. (Véanse Paraíso, Fuego eterno, Penas eternas.)