EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

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9. “Por medio de estas operaciones de la magia moderna vemos reproducirse entre nosotros las evocaciones y los oráculos, las consultas, las curaciones y los prestigios que han ilustrado los templos de los ídolos y los antros de las sibilas.”


¿Dónde se ven las operaciones de la magia en las evocaciones espiritistas? Hubo un tiempo en que se podía creer en su eficacia, pero hoy son ridículas. Nadie cree en ellas y el Espiritismo las condena. En la época en que florecía la magia no se tenía más que una idea muy imperfecta de la naturaleza de los espíritus, a los que se consideraba como seres dotados de un poder sobrehumano. No se les llama sino para obtener de ellos, aunque fuese a precio del alma, los favores de la suerte y de la fortuna, el descubrimiento de los tesoros o la revelación del porvenir. La magia, con ayuda de sus signos, fórmulas y oraciones cabalísticas, tenía la reputación de facilitar pretendidos secretos para obrar prodigios, de obligar a los espíritus a ponerse a las órdenes de los hombres y satisfacer sus deseos. Hoy se sabe que los espíritus no son más que las almas de los hombres. No se les llama sino para recibir consejos de los buenos, moralizar a los imperfectos y para continuar las relaciones con los seres que nos son queridos. He aquí lo que dice el Espiritismo sobre este punto.