EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

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22. Cuando llegan a cierto grado de depuración, los espíritus tienen misiones en relación con su adelanto. Cumplen todas aquellas que se atribuyen a los ángeles de los diferentes órdenes. Como Dios ha creado desde la eternidad, siempre se han encontrado para poder desempañar todas las misiones necesarias a la marcha y gobierno del Universo. Una sola especie de seres inteligentes sometidos a la ley del progreso basta, pues, para todo. Esta unidad en la Creación, con la idea de que todos tienen un mismo punto de partida, el mismo camino que recorrer y que todos se elevan por su propio mérito, está mucho más conforme con la justicia de Dios que la creación de especies diferentes más o menos favorecidas de dones naturales, que serían otros tantos privilegios.