Revista Espírita - Periódico de Estudios Psicológicos - 1860

Allan Kardec

Volver al menú
El incrédulo

(Médium: Sra. L...)

Vuestra Doctrina es bella y santa; su primer jalón está plantado, y sólidamente plantado. Ahora sólo debéis marchar; el camino que se os ha abierto es grande y majestuoso. Bienaventurado aquel que llegue al puerto; cuanto más adeptos haya hecho, más le será tomado en cuenta. Pero para esto es necesario no abrazar fríamente a la Doctrina; es preciso hacerlo con fervor, y este fervor será multiplicado, porque Dios está siempre con vosotros cuando hacéis el bien. Todos aquellos que condujereis, serán otras tantas ovejas que volverán a entrar al redil; ¡pobres ovejas descarriadas! Creed que el más escéptico, el más ateo y el más incrédulo, en fin, tienen siempre en el corazón un pequeño rincón que quisieran ocultar a sí mismos. Pues bien: éste es el pequeño rincón que es necesario buscar y encontrar, porque es preciso abordar ese lado vulnerable de ellos; es una pequeña grieta que Dios ha dejado expresamente abierta para facilitar a su criatura el medio de volver a Él.


San Benito