EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

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11. Hay otra que, sin contradicción, es la más grave y la más seria.


Se ha dicho: “Este designio (la mediación de Cristo) concebido desde la eternidad, se manifestó a los ángeles mucho tiempo antes de su cumplimiento.” Dios, pues, desde la eternidad, que los ángeles, así como los hombres, tendrían necesidad de esta mediación. Él sabía o no sabía que ciertos ángeles faltarían, que esta caída les ocasionaría la condenación eterna, sin esperanza de volver al anterior estado. Que se les destinaría a tentar a los hombres, que aquellos que se dejarían seducir, sufrirían la misma suerte. Si lo sabía, creó estos ángeles con conocimiento de causa, para su pérdida irrevocable y para la de la mayor parte del género humano. Por más que se haga, es imposible conciliar su creación, en semejante previsión, con la soberana bondad. Si no lo sabía, no era todopoderoso. En uno y otro caso, es la negación de dos atributos, sin la plenitud de los cuales Dios no sería Dios.