EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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17. La serpiente está lejos de ser considerada actualmente como el prototipo de la astucia. Aquí se la incluye más por su forma que por su carácter, como una alusión a la perfidia de los malos consejos que se insinúan como la serpiente, y de la cual por esa razón muchas veces el hombre desconfía. Por otra parte, si la serpiente es condenada a reptar porque ha engañado a la mujer, significa que antes ese animal tenía patas, en cuyo caso ya no era una serpiente. Entonces, ¿por qué imponer como verdades, a la fe ingenua y crédula de los niños, alegorías tan evidentes, que al falsear su valoración acerca de ellas se hace que más tarde consideren a la Biblia como un muestrario de fábulas absurdas?


Además, se debe notar que el término hebreo nahasch, traducida como serpiente, proviene de la raíz nahasch, cuyo significado es: hacer encantamientos, adivinar las cosas ocultas, que puede entonces significar: encantador, adivino. Con esta acepción se lo encuentra en el Génesis, 44:5 y 15, a propósito de la copa que José envió a que fuera escondida en la alforja de Benjamín: “La copa que robaste es la misma en que bebe mi señor, y de la cual se sirve para adivinar (nahasch).61 – ¿Ignoras que no hay quien me iguale en la ciencia de adivinar (nahasch)?”. Y también en el libro de los Números, 23:23: “No hay encantamientos (nahasch) en Jacob, ni adivinos en Israel”. Por consiguiente, la palabra nahasch tomó también la acepción de serpiente, reptil al que los encantadores tenían la pretensión de encantar, o del cual se servían en sus encantamientos.


La palabra nahasch recién fue traducida como serpiente en la versión de los Setenta –versión escrita en griego en el segundo siglo antes de la Era Cristiana–, los cuales según Hutcheson tergiversaron el texto hebreo en muchos de los párrafos. Las inexactitudes de esa versión resultaron, sin duda, de las modificaciones que la lengua hebrea sufrió en el intervalo transcurrido, visto que el hebreo de la época de Moisés era entonces una lengua muerta, que difería del hebreo vulgar, tanto como el griego antiguo y el árabe literario difieren del griego y el árabe modernos. *


Por consiguiente, es probable que Moisés haya considerado que el seductor de la mujer era el deseo indiscreto de conocer las cosas ocultas, suscitado por el espíritu de adivinación, lo que concuerda con el sentido primitivo de la palabra nahasch, adivinar, y por otro lado con estas palabras: “Dios sabe que en cuanto hayáis comido de ese fruto, vuestros ojos se abrirán y seréis como dioses. Ella, la mujer, vio que era codiciable el árbol para comprender (léaskil) y tomó su fruto”. No hay que olvidar que Moisés quería proscribir entre los hebreos el arte de la adivinación practicada por los egipcios, tal como lo prueba su prohibición de interrogar a los muertos y al espíritu de Pitón. (Véase El Cielo y el Infierno según el espiritismo, Primera Parte, Capítulo XI.)




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* El término nahasch existía en la lengua egipcia, y significaba negro, probablemente porque los negros tenían el don de los encantamientos y la adivinación. Tal vez también por eso es que las esfinges de origen asirio estaban representadas por una figura de negro. (N. de Allan Kardec.)