EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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67. Esa idea sobre la naturaleza del cuerpo de Jesús no es nueva. En el siglo IV, Apolinario de Laodicea, jefe de la secta de los apolinaristas, pretendía que Jesús no había tenido un cuerpo como el nuestro, sino un cuerpo impasible, que había descendido desde el cielo al seno de la santa Virgen, pero que no había nacido de ella. De ese modo, Jesús había nacido, sufrido y muerto apenas en apariencia. Los apolinaristas fueron anatematizados en el concilio de Alejandría, en el año 360; en el de Roma, en el año 374; y en el de Constantinopla, en el año 381.


Los docetas (del griego dokein: aparecer), secta numerosa de los gnósticos, que subsistió durante los tres primeros siglos, sostenían la misma creencia.