EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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37. “Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla, y en cuanto desembarcó una gran multitud se reunió alrededor suyo. Entonces, un jefe de la sinagoga, llamado Jairo, vino a su encuentro y, al aproximarse a él, se postró a sus pies, y le suplicaba con insistencia, diciendo: ‘Tengo una hija que está en el momento extremo: ven a imponerle las manos para curarla y salvarle la vida’.


”Jesús fue con él, acompañado de una gran multitud que lo oprimía.


”Mientras (Jairo) aún estaba hablando, llegaron unos de la casa del jefe de la sinagoga, y le dijeron: ‘Tu hija ha muerto; ¿por qué habrás de ocasionarle al Maestro la molestia de seguir adelante?’ Jesús, no obstante, en cuanto oyó eso, le dijo al jefe de la sinagoga: ‘No temas, solamente ten fe’. Y a ninguno le permitió que lo acompañase, salvo a Pedro, Santiago y Juan, hermano de Santiago.


”Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Él un alboroto de personas que lloraban y proferían grandes alaridos. Entrando, les dijo Él: ‘¿Por qué hacéis tanto alboroto, y por qué lloráis? Esta niña no ha muerto, sólo está dormida’. Y se burlaban de Él. Habiendo hecho que toda la gente saliera, llamó al padre y a la madre de la niña y a los que habían ido con Él, y entró en el lugar donde la niña estaba acostada. La tomó de la mano y dijo: Talitá cum, que significa ‘Hija mía, levántate, te lo ordeno’. En ese mismo instante la niña se levantó y comenzó a andar, pues tenía doce años, y quedaron todos maravillados y sorprendidos.” (San Marcos, 5:21 a 24, 35 a 42.)