EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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12. “Habiendo llegado a Betsaida, le trajeron un ciego y le pedían que lo toque. Tomando al ciego de la mano, Él lo llevó fuera del pueblo, le puso saliva en los ojos y habiéndole impuesto las manos le preguntó si veía algo. El hombre, mirando, dijo: ‘Veo andar hombres, que me parecen árboles’. Jesús le puso de nuevo las manos sobre los ojos, y él comenzó a ver mejor. Al final quedó tan perfectamente curado que veía claramente todas las cosas.


”Y Jesús lo envió a su casa, diciéndole: ‘Ve a tu casa; y si entras en el pueblo no le digas a nadie lo que ocurrió contigo’.” (San Marcos, 8:22 a 26.)


13. Aquí es evidente el efecto magnético: la curación no fue instantánea, sino gradual, y como consecuencia de una acción prolongada y reiterada, aunque más rápida que en la magnetización ordinaria. La primera sensación de este hombre es la que experimentan los ciegos al recobrar la vista. Por un efecto óptico, los objetos les parecen de tamaño exagerado.