EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

Volver al menú
Crecimiento o disminución del volumen de la Tierra



15. El volumen de la Tierra, ¿aumenta, disminuye o es estacionario?


En apoyo al crecimiento del volumen de la Tierra, algunas personas se basan en que las plantas devuelven al suelo más de lo que de él obtienen. Juicio certero en un sentido, mas no en otro. Las plantas se alimentan igualmente, e incluso más, de las sustancias gaseosas que extraen de la atmósfera que de aquellas que absorben a través de sus raíces. Ahora bien, la atmósfera es parte integrante del globo. Los gases que la forman provienen de la descomposición de los cuerpos sólidos y éstos, al recomponerse, retoman lo que les habían entregado. Es un intercambio, mejor aún, una transformación perpetua, de manera que el aumento de los restos animales y vegetales que se opera en ayuda de los elementos constitutivos del globo, por más considerable que sea, no agrega ni un solo átomo a la masa. Si la parte sólida del planeta aumentase por esta causa de manera permanente, sería en detrimento de la atmósfera, que disminuiría otro tanto y terminaría por ser inadecuada para la vida, si no recuperase, mediante la descomposición de los cuerpos sólidos, lo que pierde por su composición.


En el origen de la Tierra, las primeras capas geológicas se formaron con materias sólidas momentáneamente volatilizadas por efecto de la elevada temperatura, las que, más tarde, condensadas por el enfriamiento, se precipitaron. Indudablemente, elevaron algo la superficie del suelo, pero sin agregar nada a la masa total, ya que sólo fue un desplazamiento de materia. Cuando la atmósfera, purgada de los elementos extraños que tenía en suspensión, se encontró en estado normal, las cosas siguieron el curso regular que muestran desde entonces. Hoy, la mínima modificación en la constitución de la atmósfera acarrearía, forzosamente, la destrucción de los habitantes actuales, pero, probablemente también, se crearían nuevas razas sujetas a otras condiciones.


Considerada desde este punto de vista, la masa del planeta, es decir, la suma de moléculas que componen el conjunto de sus partes sólidas, líquidas y gaseosas, es indudablemente la misma desde su origen. Si se operase una dilatación o una condensación, su volumen aumentaría o disminuiría, sin que la masa sufriese alteración alguna. Si la Tierra aumentase de masa, se debería a una causa extraña, puesto que no le es posible extraer de sí misma los elementos necesarios para su crecimiento.


De acuerdo con una opinión, el planeta aumentaría de masa y de volumen por el afluir de materia cósmica interplanetaria. Esta idea no tiene nada de irracional, pero es demasiado hipotética como para ser aceptada como principio. No es más que un sistema combatido por los sistemas contrarios, con respecto a los que la ciencia no dictaminó nada aún. Sobre el tema, presentamos la opinión del eminente espíritu que dictó los sabios estudios uranográficos contenidos en el cap. VI:


“Los mundos se agotan al envejecer y tienden a disolverse para servir de elementos de formación a otros globos. Poco a poco devuelven al fluido cósmico universal del espacio lo que de él han extraído para su formación. Por otra parte, todos los cuerpos se gastan por el frotamiento. El movimiento rápido e incesante del globo a través del fluido cósmico produce una disminución constante de la masa, aunque la cantidad es inapreciable en un lapso corto. *

________________________________________
* 7. En su movimiento de traslación alrededor del Sol, la velocidad de la Tierra es de 2.229 kilómetros por minuto. Su circunferencia es de 40.000 kilómetros, y completa el movimiento de rotación sobre su eje en 23 h 56 ́4”, es decir, a 28 kilómetros por minuto. [N. de A. Kardec.]


“La existencia de los mundos puede dividirse, según mi opinión, en tres períodos. Primer período: condensación de la materia. Durante esta etapa el volumen del globo disminuye considerablemente, aunque la masa siga siendo la misma: es el período de la infancia. Segundo período: contracción y solidificación de la corteza. Eclosión de los gérmenes, desarrollo de la vida hasta la aparición del tipo perfectible. En ese momento, el planeta está en apogeo de su plenitud, en edad viril. Pierde muy poca cantidad de sus elementos constitutivos. A medida que sus habitantes progresan espiritualmente, pasa al período de decrecimiento material. No sólo pierde como consecuencia del frotamiento, sino también por la desagregación de moléculas, como una piedra dura, carcomida por el tiempo, termina por convertirse en polvo. En su doble movimiento de rotación y traslación, deja en el espacio partículas fluidificadas de su sustancia, hasta el instante en que su disolución sea completa.

“Pero entonces, como el poder de atracción guarda estrecha relación con la masa -no con el volumen-, la masa del globo, al disminuir, modifica sus condiciones de equilibrio en el espacio. Dominado por otros globos a los que no puede oponer un contrapeso, se producen desviaciones en sus movimientos y, en consecuencia, profundos cambios en las condiciones de vida de la superficie. Así, nacimiento, vida y muerte, o infancia, virilidad y decrepitud son las tres fases por las que debe pasar toda aglomeración de materia orgánica o inorgánica. Sólo el espíritu, que no es materia, es indestructible” (Galileo, Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, 1868).