EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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2. Hay un principio elemental que lleva a deducir la causa por sus efectos, aun cuando a esa causa no se la vea. Si un pájaro en pleno vuelo es alcanzado por una bala que lo mata, suponemos que fue un tirador, aunque no lo veamos. No es entonces siempre necesario ver algo para saber que existe. Absolutamente, en todos los órdenes ocurre lo mismo: observando los efectos se llega a conocer las causas.