EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Allan Kardec

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258. Mientras que los Espíritus se niegan a contestar a preguntas pueriles y descabelladas, que se hubiera tenido reparo en hacérselas cuando vivían, ellos mismos dan a menudo, y espontáneamente, pruebas irrecusables de su identidad, por su carácter, que se revela en su lenguaje, por el empleo de las palabras que le eran familiares, por la cita de diferentes hechos, particularidades de su vida, algunas veces desconocidas de los asistentes, y cuya exactitud ha podido probarse. Además las pruebas de identidad resaltan de una multitud de circunstancias imprevistas, que no siempre se presentan al primer golpe de vista, sino continuando la conversación. Conviene, pues, esperarlas sin provocarlas, observando con cuidado todas aquellas que pueden desprenderse de naturaleza de las comunicaciones. (Véase el hecho referido en el número 70).