El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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425. El sonambulismo natural, ¿tiene relación con los sueños? ¿Cómo puede explicarse?

«Es una independencia del alma más completa que la del sueño, y entonces están más desarrolladas las facultades; tiene el alma percepciones que no tenía en el sueño, estado imperfecto de sonambulismo».

En el sonambulismo el espíritu se pertenece a si mismo completamente, y estando hasta cierto punto en estado cataléptico los órganos, no reciben las impresiones externas. Este estado se manifiesta especialmente durante el sueño, momento en que puede el espíritu abandonar provisionalmente el cuerpo, entregado como está éste al descanso indispensable a la materia. Cuando se producen los hechos sonambúlicos, débense a que el espíritu, ocupado de este o aquel asunto, se entrega a alguna acción que requiere el emplec del cuerpo, del cual se sirve de un modo análogo nl uso que se hace de una mesa o cualquiera otro objeto material en el fenómeno de las manifestaciones físicas, o de la mano en el de las comunicaciones escritas. En los sueños de que se tiene conciencia, los órganos, incluso los de la memoria, comienzan a despertarse; reciben imperfectamente las impresiones producidas por los objetos o causas externas, y las comunican al espíritu que, reposando también entonces, no recibe más que sensaciones confusas e incoberentes con frecuencia y sin ninguna razón aparente de ser, mezcladas como están de vagos recuerdos, ya de esta existencia, ya de las anteriores. Fácil es entonces comprender por qué los sonámbulos no tienen ningún recuerdo y por qué los sueños cuyo recuerdo conservamos, no tienen sentido alguno las más de las veces. Digo las más de las veces, porque sucede que son consecuencia de un recuerdo exacto de acontecimientos de una vida anterior, y alguna vez hasta una especie de intuición del porvenir.