El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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805. Al pasar de un mundo superior a otro inferior, ¿conserva el espíritu la integridad de las facultades adquiridas?

«Sí, ya lo hemos dicho; el espíritu que ha progresado no vuelve a descender. Puede elegir en estado de espíritu una envoltura más pesada, o una posición más precaria que la que tuvo; pero todo ello para que le sirva de enseñanza y le ayude a progresar». (180)

Así, pues, las diversas aptitudes del hombre no dependen de la naturaleza íntima de su creación, sino del grado de perfeccionamiento a que han llegado los espíritus encarnados en él. Dios no ha creado, por lo tanto, la desigualdad de facultades; pero ha permitido que los diferentes grados de desarrollo estuviesen en contacto, a fin de que los más adelantados pudiesen favorecer el progreso de los más atrasados, y también a fin de que los hombres, necesitándose unos a otros, comprendiesen la ley de caridad que ha de unirlos.