El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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GOCE DE LOS BIENES DE LA TIERRA

711. ¿Tienen derechos todos los hombres a usar de los bienes de la tierra?

«Este derecho es consecuencia de la necesidad de vivir. Dios no puede haber impuesto un deber sin haber dado los medios de cumplirlo».

712. ¿Con qué objeto ha dado Dios atractivos a los goces de los bienes materiales?

«Para excitar al hombre al cumplimiento de su misión, y también para probarle por medio de la tentación».

-¿Qué objeto tiene esta tentación?


«Desarrollar su razón que debe preservarle de los excesos».

Si el hombre no hubiese sido excitado al uso de los bienes de la tierra más que con la mira de su utilidad, su indiferencia hubiera podido comprometer la armonía del universo. Dios le ha dado el atractivo del placer que le solicita al cumplimiento de las miras de la Providencia. Pero por este mismo atractivo, Dios ha querido además probarle con la tentación que le arrastra al abuso, de que su razón ha de preservarle.

713. ¿Los goces tienen límites fijados por la naturaleza?

«Sí, para indicaros el límite de lo necesario; pero con vuestros excesos llegáis a la saciedad y vosotros mismos os castigáis».

714. ¿Qué hemos de pensar del hombre que busca en los excesos de todas clases un refinamiento de sus goces y placeres?

«¡Pobre naturaleza, que debe compadecerse y no envidiarse, porque está muy cercana a la muerte!»

-¿Se acerca a la muerte física o a la moral?
«A ambas».

El hombre que busca en los excesos de todas clases un refinamiento de los goces se hace inferior al bruto; porque éste sabe limitarse a la satisfacción de la necesidad. Abdica de la razón que Dios le ha dado por guía, y mientras mayores son sus excesos, mayor imperio da a su naturaleza animal sobre la espiritual Las enfermedades, los achaques, la misma muerte, consecuencia de los abusos, son al mismo tiempo castigo de la transgresión de la ley de Dios.