El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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PARENTESCO, FILIACIÓN

203. ¿Los padres transmiten a sus hijos una parte de su alma, o se limitan a darles la vida animal, a ra cual viene después una nueva alma a añadir la vida moral?

«Solamente la vida animal, porque el alma es indivisible. Un padre estúpido puede tener hijos de talento y viceversa».

204. Puesto que tenemos muchas existencias, ¿el parentesco se remonta a otras distintas de la actual?

«No puede suceder de otro modo. La sucesión de las existencias corporales establece entre los espíritus lazos que se remontan a vuestras anteriores existencias, y de aquí proceden con frecuencia las causas de simpatía entre vosotros y ciertos espíritus que os parecen extraños».

205. ¿Según ciertas personas, parece que la doctrina de la reencarnación destruye los lazos de familia, haciéndolos remontar a otras existencias además de la actual?

«Los extiende; pero no los destrúye. Estando fundado el parentesco en afectos anteriores, los lazos que unen a los miembros de una misma familia son menos precarios. La re- encarnación aumenta los deberes de fraternidad; porque en vuestro vecino o criado puede vivir un espíritu que ha estado ligado a vosotros por los lazos de la sangre».

-¿Disminuye, sin embargo, la importancia que algunos dan a su filiación, puesto que puede haberse tenido por padre a un espíritu que perteneció a otra raza, o que vivió en muy distinta condición?

«Es verdad; pero esa importancia se funda en el orgullo, pues lo que la mayor parte honra en sus antepasados son los títulos, la jerarquía y la fortuna. Tal hay que se avergonzaría de descender de una zapatero honrado y que se vanagloría de derivar de un gentilhombre calavera. Pero por más que digan o hagan, no evitarán que las cosas sean lo que son; porque Dios no ha dispuesto las leyes de la naturaleza con arreglo a su vanidad».
206. ¿Es ridículo el culto de los antepasados, porque no existe filiación entre los espíritus de los descendientes de una misma familia?

«Ciertamente que no; porque debemos considerarnos felices de pertenecer a una familia en la que se han encarnado espíritus elevados. Aunque éstos no procedan unos de otros, no profesan, sin embargo, menos afecto a los que con ellos están unidos por lazos de familia; porque semejantes espíritus se inclinan a menudo a tal o cual familia por simpatía o por lazos anteriores. Pero estad persuadidos de que ninguna honra reciben los espíritus de vuestros antepasados del culto, que por orgullo les tributáis; su mérito sólo se refleja en vosotros, a medida que os esforzáis en seguir los buenos ejemplos que os dieron, y entonces únicamente puede vuestro recuerdo serles no sólo agradable, sino que también útil».