El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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554. Aquel que a todo trance tiene confianza en lo que llama la virtud del talismán, ¿no puede por esa misma confianza atraerse un espíritu, siendo entonces el pensamiento quien obra, y el talismán no más que un signo que favorece la dirección de aquél?

«Es cierto; pero la naturaleza del espíritu atraído depende de la pureza de la intención y de la elevación de sentímientos, y es extraño que el que es bastante sencillo para creer en la virtud de un talismán, no tenga por objeto un fin más material que moral. En todo caso, eso acusa una pequeñez y una debilidad de ideas, que dan acceso a los espíritus imperfectos y burlones».